Crítica: Facing War
por Savina Petkova
- El emocionante documental de Tommy Gulliksen sigue al anterior secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg mientras intenta conseguir apoyos para Ucrania durante el último año de su mandato

Es más fácil creer en un mundo mejor, políticamente hablando, cuando se puede poner cara a la palabra “democracia”, que de otro modo sigue siendo una noción abstracta por la que sentimos gran estima. Esto es exactamente lo que sugiere la película inaugural del CPH:DOX de este año. El director noruego Tommy Gulliksen presentó el estreno mundial de su película Facing War en la competición DOX:AWARD del festival. El protagonista de la película es el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg, es decir, la diplomacia personificada. Gulliksen sigue al secretario general durante el último año de su mandato, un año casi “prestado”, ya que el presidente Joe Biden insistió personalmente en que Stoltenberg permaneciera en el cargo mientras la invasión rusa de Ucrania se convertía en una guerra a gran escala.
La productora Anne Marte Blindheim, antigua comentarista política, facilitó la relación entre el director y Stoltenberg, ya que ambos se conocieron trabajando en una serie sobre antiguos primeros ministros noruegos. Sin embargo, Facing War ofrece un retrato bastante peculiar, ya que consigue mantener cierta distancia, equilibrando las escenas que muestran al “diplomático” con aquellas que presentan al “hombre detrás” de dicho diplomático. Curiosamente, existe un paralelismo entre la manera en que estos documentales retratan su tema y cómo los propios políticos representan a las organizaciones supranacionales en la película. Hace dos años, la sección F:ACT AWARD del CPH:DOX estrenó Blix Not Bombs [+lee también:
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ficha de la película], donde la directora sueca Greta Stocklassa interrogaba a su compatriota, el reputado diplomático Hans Blix, sobre su papel en la historia. Mientras que Blix Not Bombs ofrecía a su protagonista la oportunidad de echar la vista atrás a un pasado relativamente lejano (lo que hacía que la propia película se convirtiera más en una obra sobre la memoria que sobre el presente), Facing War es tan contemporánea que a veces duele.
En una escena, vemos a Biden de cerca mientras se refiere al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, como “presidente Putin”, y en otra ocasión vemos un mensaje de felicitación de “Donald” (Trump) directamente en el teléfono de Stoltenberg. El documental no expone revelaciones escandalosas; de hecho, el equipo de rodaje se mantiene discreto y guarda una distancia respetuosa: los momentos más íntimos se producen cuando el secretario general habla en noruego (no en inglés) con Gulliksen, cuando están solos en el asiento trasero del coche. Facing War se mueve entre la narración heroica y una película sólida e intrigante, un documento de interacciones humanas y fragmentos de la política mundial mediada a través de gestos, sonrisas falsas y, sobre todo, la devota atención de Stoltenberg a sus congéneres. Gracias al asombroso acceso de Gulliksen, este documental resulta espectacular para un espectador que no sea un político o un ejecutivo de alto nivel, aunque quizás Facing War alimente su propia cámara de eco: queda por ver si alguien que no esté de acuerdo con la política de la OTAN se sentiría inclinado a verlo, y mucho menos a participar en el diálogo posterior.
Facing War es una producción de Dox Division (Noruega), coproducida por NRK, la sueca SVT y la belga Think-Film Impact Production. Cat & Docs se encarga de las ventas internacionales.
(Traducción del inglés)
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