Crítica: 8
por Alfonso Rivera
- Julio Medem vuelve a demostrar que el miedo al ridículo no va con él en una poética y arrebatada historia de amor que se prolonga durante décadas, sobre el fondo de la España cainita

Julio Medem es un cineasta tan especial, atrevido y único que se ha convertido en sí mismo en una especie de género cinematográfico: poético y metafórico hasta la extenuación, capaz de combinar en sus películas lo más sublime, melancólico y sensible con lo más ridículo, pedante y sonrojante. Su nuevo largometraje, titulado 8 [+lee también:
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ficha de la película], que se ha presentado fuera de competición en el 28.º Festival de Málaga y se estrena en salas españolas este viernes 21 de octubre, distribuida por VerCine, lo vuelve a demostrar.
Con un elenco de actores entregados –con Javier Rey y Ana Rujas dando vida a sus protagonistas, desde que se hacen adultos hasta que cumplen 90 años– 8 entrelaza la vida de Octavio y Adela, quienes nacen el mismo día, a pocos kilómetros de distancia, y durante décadas sus existencias se irán cruzando en ocho momentos mientras edifican una historia de amor cargada de tremendismo, con el caprichoso destino haciendo de las suyas.
Construida a base de ocho planos secuencia (que van de 1931 al año 2021) separados por fundidos/transiciones con el sonido del taconeo de la bailaora Sara Baras y con banda sonora del cotizado Lucas Vidal, 8 desgrana a lo largo de algo más de dos horas todas las virtudes y defectos que el cineasta donostiarra ha sembrado en títulos como Vacas, Tierra, Los amantes del círculo polar, Caótica Ana o Una habitación en Roma [+lee también:
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entrevista: Julio Medem
ficha de la película], entre otras. De un lirismo exacerbado, su nuevo film no deja indiferente: o se le ama o se le detesta, dependiendo si el espectador acepta entrar en su mundo extremoso.
Imposible quedarse impávido ante tantas emociones volcadas en una trama rebuscada que habla, por encima de todo, de polarización social –esa que llevó a España a una guerra civil el siglo pasado y se está reproduciendo peligrosamente en nuestros días hasta en los eventos deportivos–, convivencia, amor y perdón.
Con una primera hora más controlada, intrigante y eficaz que su segunda mitad, la cinta ofrece, y eso hay que reconocérselo también a Medem, escenas de gran belleza, sensibilidad y emoción, cercanas a Douglas Sirk y otros maestros del melodrama romántico y que recuerdan asimismo a sus anteriores films Los amantes del círculo polar y El árbol de la sangre [+lee también:
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ficha de la película]. Pero el discurso político del film, subrayado en exceso, acaba enturbiando esas escenas arrebatadas y líricas que solo un cineasta osado, fiel a su personal estilo, es capaz de llevar a cabo sin que le acose la inseguridad ni caiga en modas ni mandamientos del algoritmo. Porque Medem es, sobre todo, un barroco poeta visual.
8 es un largometraje de Barbazul la Película AIE, Eidan Produce y Morena Films, en coproducción con Quexito Films y en asociación con Latido Films como agente de ventas internacionales.
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