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BIF&ST 2025

Crítica: Le assaggiatrici

por 

- En su primera cinta de época, Silvio Soldini adpota el punto de vista de un grupo de mujeres que, en el despiadado engaño colectivo del nazismo, sufren la violencia y la dominación masculinas

Crítica: Le assaggiatrici

Obsesionado con la idea de ser envenenado, Adolf Hitler tenía a su disposición a todo un equipo de jóvenes arias para probar su comida. Nadie lo sabía hasta diciembre de 2012, cuando Margot Woelk, de 95 años, rompió su silencio y contó en una entrevista con el Berliner Zeitung que ella había sido una de esas mujeres. A partir del bestseller de Rosella Postorino publicado en 2018, una narración ficcionada de este episodio histórico, Silvio Soldini ha dirigido la película homónima Le [+lee también:
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, escrita por el cineasta junto a Doriana Leondeff, Lucio Ricca, Cristina Comencini, Giulia Calenda e Ilaria Macchia. La película se proyectó como cinta de apertura en el Bif&st de Bari y llegará a los cines italianos a partir del 27 de marzo de la mano de Vision Distribution.

Le assaggiatrici comienza con la llegada de Rosa (Elisa Schlott) a la casa de sus suegros en el pueblo de Gross-Partsch, en Prusia Oriental, actualmente Parcz, en Polonia. Estamos en noviembre de 1943, el Ejército Rojo avanza y la aviación británica ha lanzado las primeras bombas sobre Berlín. Rosa ha escapado de la capital en busca de un lugar más seguro, mientras que su marido Gregor se encuentra en el frente ruso. En el pueblo, todo el mundo sabe que a menos de tres kilómetros, en el espeso bosque rodeado de alambre de espino, está la Wolfsschanze (la Guarida del Lobo), el cuartel general de Hitler en el frente oriental. Pocos días después, las SS llevan a Rosa y a otras seis jóvenes alemanas a Krausendorf (hoy Kruszewiec), donde los cocineros preparan la comida para la Guarida del Lobo. Al principio, Rose “la berlinesa” recibe miradas de recelo, pero luego es aceptada gracias a un destino compartido con las otras chicas, aterrorizadas por la tarea que se les ha asignado. A lo largo de la película, la protagonista se hace amiga de la tímida y distante Elfriede (Alma Hasun).

La imagen recurrente que se graba en la mente del espectador es la de las siete mujeres sentadas alrededor de la mesa, controladas por los soldados de las SS y el cocinero (Boris Aljinović), que presenta los platos y comparte algunos detalles sobre las preferencias del Führer (“le encanta el chocolate”). El director de fotografía Renato Berta confiere a las imágenes una tonalidad marrón que recuerda a los clásicos bélicos de los años setenta. Cuando llega la noticia de que Gregor está desaparecido en Ucrania, Rosa pierde todo interés por su futuro y, para ahuyentar la idea de la muerte, se entrega a una relación secreta con el teniente de las SS Ziegler (Max Riemelt). La joven toma conciencia de los horrores de la guerra a través del oficial, atormentado por la brutalidad con la que ha seguido las órdenes de sus superiores. Lamentablemente, apenas se utilizan unas pocas frases para llegar a un cambio de conciencia que merecía más espacio y profundidad. Como en La zona de interés [+lee también:
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, el centro del mal puro está muy cerca, pero es invisible. En este caso, la tensión que debería resultar de la barbarie más allá de la alambrada nunca alcanza un nivel de alerta y estalla de forma más bien precipitada y vacilante, con la revelación de la presencia de una judía fugitiva en el grupo de mujeres.

En su primer drama de época, rodado en alemán, Soldini se centra principalmente en el punto de vista de las chicas, respetando la novela. El guion gira en torno a esta hermandad de mujeres que, dentro de un gran engaño colectivo totalitario que se derrumba miserablemente, sufren por estar implicadas en una despiadada alucinación masculina, y en una violencia de la que siempre son víctimas. En todas las guerras y en todas las épocas. La película hace referencia al atentado fallido de julio de 1944, con el comunicado radiofónico de Hitler, ileso, hablando de la confirmación de la “tarea que me ha encomendado la providencia”. ¿No nos recuerda esto a las palabras de un dirigente que recibió un disparo en la oreja el pasado mes de julio?

Le assaggiatrici es una coproducción entre Italia, Bélgica y Suiza, producida por Lumière & Co. en colaboración con Anteo, y coproducida por Tarantula y Tellfilm, con la participación de Vision Distribution, que también gestiona los derechos internacionales de la película, y Sky.

(Traducción del italiano)

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