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PELÍCULAS / CRÍTICAS Italia

Crítica: La vita da grandi

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- El primer largometraje como directora de la actriz italiana Greta Scarano es una comedia sensible y tranquilizadora sobre una hermana que debe cuidar a su hermano mayor autista

Crítica: La vita da grandi
Yuri Tuci y Matilda De Angelis en La vita da grandi

En Joker, cuando Joaquin Phoenix escribe en su diario que “lo peor de tener una enfermedad mental es que la gente espera que te comportes como si NO la tuvieras”, admite que la sociedad nos juzga sin conocer la verdad que hay detrás de nuestro comportamiento. Sin embargo, en el cine, como en la realidad, el público quiere que los locos se comporten como locos; quiere dejarse seducir por sujetos ajenos a los cánones clásicos de evaluación. Prueba de ello es el gran éxito que este tópico narrativo sigue cosechando. La vita da grandi, el debut en la dirección de la actriz Greta Scarano, en el que dirige a Matilda De Angelis y al debutante Yuri Tuci (que se encuentra en el espectro autista), se inscribe precisamente en esta tradición. La película llegará a los cines italianos el 3 de abril, en el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, de la mano de 01 Distribution, tras su estreno mundial en el Bif&st de Bari, donde recibió el premio SIAE a la mejor ópera prima.

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Inspirada en la historia real de Margherita y Damiano Tercon, que en 2020 coescribieron el libro Mia sorella mi rompe le balle (‘Mi hermana me rompe las pelotas’), la película sigue a una joven, Irene, que trabaja en Roma en una gran empresa de paneles solares, hasta que se ve obligada a volver a su ciudad natal, Rímini, cuando a su madre (Maria Amelia Monti) le diagnostican cáncer. Desde ese momento tendrá que hacerse cargo de su hermano mayor, Omar, que ronda los cuarenta. Tras un difícil enfrentamiento inicial, el reencuentro conducirá a ambos a la aceptación y al autodescubrimiento, generando entre los dos hermanos un vínculo auténtico, empático y maduro. En el fondo, es la misma trama de Rain Man, que en 1988 dio a conocer ante el gran público el síndrome de Asperger y le valió a Dustin Hoffman el Óscar al mejor actor.

Lejos de la road movie hollywoodiense de Barry Levinson, La vita da grandi traslada a sus personajes al campo, a espacios domésticos arropados por tíos y tías, y a la orilla del mar de la ciudad natal de Federico Fellini, donde el director de fotografía Valerio Azzali captura la evocadora luz invernal. La comedia es el único registro elegido por Greta Scarano, que dirige con sensibilidad y empatía, aprovechando la alquimia que se establece entre los dos protagonistas. Al principio, Irene no sabe cómo encajar las tozudas manías de Omar, pero después, el recuerdo de sí misma de niña, cuando quería convertirse en artista de cabaré (un sueño reprimido en favor de un trabajo y una vida “normales”), la empuja a apoyar las ambiciones de su hermano: convertirse en un rapero gangsta autista. Lo acompaña a Bolonia para presentarse a un importante concurso de talentos televisivo al estilo Factor X, con el riesgo de una desilusión que podría alterar el equilibrio de Omar.

Esa desviación de la rutina, escenificada en un entorno televisivo con la reconfortante presencia de rostros familiares de la pequeña pantalla, que corren el riesgo de robarle protagonismo a nuestro héroe, es la única “prueba” a la que se somete Omar en su periplo cinematográfico.

Si excluimos el pequeño encontronazo con un atracador, el guion de Sofia Assirelli, Tieta Madia y la propia Scarano no ofrece momentos particularmente dramáticos, como cabría esperar dado el tema que aborda. Como sugiere el subtítulo del libro en el que se basa la película, “una historia normal de autismo”, la de Omar es una leve neurodivergencia (aunque a veces se acentúa con intentos de suicidio), y su comportamiento nunca incomoda al espectador. No se trata de normalizar la enfermedad mental, sino más bien de mostrar únicamente sus aspectos más cómicos y “felices”, evitando los más dramáticos, aquellos a los que se enfrentan a diario y con valentía muchas familias, y que sí nos han mostrado numerosas películas sobre neurodiversidad. El debut de Scarano propone al espectador una valiosa reflexión sobre la responsabilidad, los lazos familiares y la toma de conciencia, pero rebaja los tonos de la singularidad y la diversidad.

La vita da grandi es una producción de Groenlandia y Halong junto con Rai Cinema, en colaboración con Netflix. Rai Cinema International Distribution se encarga de las ventas de la película.

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(Traducción del italiano)

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