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VISIONS DU RÉEL 2025

Crítica: Aurora

por 

- João Vieira Torres nos invita a observar un rito cinematográfico en el que invoca el alma de sus ancestros para entenderse mejor a sí mismo y entender mejor la libertad que lo habita

Crítica: Aurora

Aurora, el poderoso debut cinematográfico del director de origen brasileño João Vieira Torres, que se ha estrenado a nivel mundial en la competición internacional de largometrajes del Visions du Réel, viaja sin temor entre el mundo de los vivos y el de los muertos, que le susurran al oído frases crípticas llenas de poesía. La película nace de un sueño del director, en el que se encuentra con su abuela Aurora, una comadrona que trajo al mundo a innumerables bebés y también cuidó de sus madres. En el sueño, la abuela —a quien João nunca llegó a conocer— le pide que encuentre a aquellos y aquellas que vio nacer. A medida que avanza la película, comprendemos que esos “niños” que Aurora trajo al mundo no son solo seres humanos de carne y hueso, sino también conceptos: la necesidad de liberarse de una sociedad patriarcal asfixiante, la urgencia de expresarse sin miedo y la necesidad de ser simplemente uno mismo.

Aunque el nombre de la abuela del director evoca la primera luz del alba, es en la oscuridad donde la película se adentra para destilar verdades difíciles de expresar. João Vieira Torres abandonó su Brasil natal cuando era joven para trasladarse a Francia, donde estudió en la École Nationale Supérieure des Arts Décoratifs de París. Sin embargo, es en el corazón de la histórica región de Sertão, en Bahía —con su vegetación rica en plantas medicinales y su tierra árida—, donde intenta reconstruir una historia “en femenino” de la que también él forma parte. A lo largo de este viaje iniciático —que comienza en Francia, en una misteriosa casa-biblioteca protegida por decenas de plantas con raíces aéreas, y luego se adentra en la oscura violencia infligida a las mujeres que le precedieron, hasta regresar finalmente a la luz y al calor de una familia elegida—, el director se deja guiar en todo momento por la voz de Aurora. Son ella y su historia, vivas en los recuerdos de quienes la conocieron, quienes se convierten en catalizador de una genealogía familiar marcada por zonas sombrías y amenazantes.

Lo que llama la atención es la capacidad de los lugares filmados por el director para conservar energías reprimidas que parecen esperar, incluso después de muchos años, la llegada de alguien capaz de liberarlas. En medio de esta red de silencios, recuerdos susurrados y una espiral de violencia que deriva en fatalidad, encontramos a numerosas antepasadas del director: desde aquella que sufrió represión por sus orígenes indígenas hasta sus dos tías asesinadas por ser demasiado independientes, pasando por su prima, que fue rechazada por la familia por quedarse embarazada fuera del matrimonio. Como perlas del mismo collar que el director luce con orgullo, todas estas mujeres ocupan un lugar central, redimidas de un destino que se negaron a aceptar. Lo que siempre se había considerado una maldición se revela en la película como el fruto de una historia de violencia y dominación patriarcal que se arrastra de generación en generación y que aún hoy deja una marca profunda en Brasil. Aunque la represión cambie de nombre (esclavitud, evangelización, sexismo, homofobia), la violencia sigue siendo ciega y obstinada.

Gracias tanto a la película como a la presencia discreta pero poderosa de Aurora, João Vieira Torres logra llevar a cabo su propio ritual de purificación; al acercarse a la naturaleza y deconstruir actitudes estigmatizadas en torno a la familia "de sangre", por ejemplo, se esfuerza por imponer su propia historia, que también pertenece a quienes le precedieron.

Aurora es una película que no teme perderse en el lado más oscuro de los recuerdos ni enfrentarse a fantasmas que desean redescubrir su propia voz. A través de un enfoque preciso y metafórico, el director consigue dar voz a las plantas, a la tierra y a todo aquello que aún guarda la historia de quienes se ha intentado borrar. Como le susurra Aurora a su nieto en sueños: “ya no tengo voz, pero sigo hablando”.

Aurora ha sido producida por Duas Mariola Filmes (Brasil), en coproducción con Primeira Idade (Portugal) y Spectre Productions (Francia).

(Traducción del italiano)

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