Crítica: Idilia
por Alfonso Rivera
- Los hermanos Sepúlveda se atreven con esta distopía vistosa, independiente y algo ampulosa que advierte de las consecuencias del abuso de la inteligencia artificial

Se ha estrenado dentro de la edición número 31 del festival FANT de Bilbao el film Idilia, ópera prima de los mallorquines José Taltavull Sepúlveda y Javier Canales Sepúlveda, hasta ahora curtidos en el campo publicitario y la fotografía, que se suma a las filas del género de moda: la ciencia-ficción distópica.
Protagonizada por Norma Ruíz, Raúl Prieto, Eva Isanta, Andrew Tarbet y Alfons Nieto, apenas transcurre en dos localizaciones: un estudio de televisión donde una presentadora de tics robóticos entrevista a la fría y automática representante de una corporación que recluta niños super dotados para preservar el conocimiento humano ante el avance imparable de las máquinas y, 30 años después, en una habitación de uno de los centros levantados por aquella empresa, donde una de sus moradoras se enfrenta a tres visitas más o menos inesperadas. Se trata de Diana Leiva, la autora de un manifiesto con el que denunciaba el mal uso de la IA, pero que lleva tiempo recluida en su habitáculo de sofisticado diseño.
Estamos pues ante un ejemplo de cine independiente y de bajo coste, pero de altas metas temáticas. Porque se habla del fin del pensamiento humano, de la dictadura de la tecnología y de cómo ésta puede acabar sustituyendo a las neuronas, temas en boga que sus autores abordan con un argumento algo rebuscado, supeditado a esos únicos escenarios y a las limitaciones económicas que conlleva levantar una producción así de ambiciosa sin contar con ayudas institucionales ni el apoyo de plataformas digitales.
Eso sí, lo paradójico de Idilia es que emplea la inteligencia artificial cuyo abuso critica para ofrecer al espectador el contrapunto espectacular a esas escenas casi íntimas en las que sobresale la fría ambientación, pero escasea la acción. Pues esas otras breves secuencias –con el formato de un noticiero– de un mundo violento y en destrucción dan empaque a una trama sustentada principalmente en los diálogos, a través de los cuales el espectador conocerá al máximo responsable de la polémica organización, al conflictivo hermano de la protagonista y a unos soldados que invaden la estancia del personaje central con intenciones poco amigables. Así, y con el plus de calidad que da a la cinta que Niño de Elche interprete su desgarradora canción principal, Idilia se erige en la hermana pequeña de Ex Machina [+lee también:
crítica
tráiler
making of
ficha de la película], aquella película de Alex Garland que enfrentaba al humano y el robot.
Se agradece el esfuerzo de elaborar una ciencia ficción libre y osada en España en pleno siglo XXI como lo es esta Idilia, donde se lanzan dardos contra los gobernantes en tiempos de crisis y se reivindica el humanismo y sus valores, pero las limitaciones espaciales y financieras del proyecto dejan ver sus costuras, que se van haciendo más evidentes (ese exceso de diálogo para explicarlo todo) según avanza el metraje, a pesar de su cuidada producción, sus entregados actores y su ansia de modernidad. Pero, tal vez, si se hubiera erigido como producto orgulloso dentro de su condición de serie B hubiera rezumado un bendito sentido del humor que, entre tanta trascendencia, la película pide a gritos.
Idilia es una producción de Fran Martínez para Viejo Lobo Films.
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