18/05/2025 - CANNES 2025: Harry Lighton destaca con un sorprendente primer largometraje, una historia de amor y de sumisión de un humor corrosivo en el mundillo de los motociclistas

Harry Melling y Alexander Skarsgård en Pillion

“—¿Has montado alguna vez en moto? —No. —¿Has salido alguna vez con un motero? —¿Yo, con un motero? ¡No!”

Pillion, el primer largometraje de Harry Lighton, que ha sido presentado en la sección Un Certain Regard del 78.º Festival de Cannes, constituye una inmersión particularmente audaz. Todo aquel que espere ver una película políticamente correcta tendrá que abstenerse de visionar este largometraje, ya que el cineasta británico aborda de frente —y con todo lujo de explícitos detalles— los engranajes de una relación basada en la dominación y la sumisión totales, ofreciendo a sus dos protagonistas papeles extraordinarios. No obstante, cuando los sentimientos entran en juego, todo se complica, y bajo la superficie implacable —por no decir perturbadora— de su propuesta, que coquetea con el síndrome de Estocolmo, el director trabaja con sutileza la mecánica emocional de su relato e introduce un humor salvador que, no obstante, puede que no sea del agrado de todo el mundo.

“Antes de conocer a Ray, era inocente en todos los sentidos”. Para Colin (Harry Melling), un joven virgen que aún vive con sus padres en las afueras de Londres, cuyo trabajo consiste en poner multas en aparcamientos y cuyo único pasatiempo es cantar en el coro del pub —con traje de rayas y sombrero de paja incluidos—, la aparición en Navidad del guapísimo motero Ray (Alexander Skarsgård), que le pasa una nota con una cita para el día siguiente, se convierte en un regalo tan impactante como inquietante.

Con el apoyo de su padre y su madre, que está muy enferma, Colin “se lanza a la aventura”, aunque no tiene ni idea del extraño acuerdo al que tendrá que someterse para entrar en la vida de Ray. Este último ha detectado en Colin una predisposición a la obediencia y la devoción que llevará al extremo… Así, el inocente protagonista se ve arrastrado a un universo iniciático de motores rugientes, cabezas rapadas, monos de cuero de la marca Arlen Ness, rituales diarios de rigidez extrema y escapadas campestres muy especiales en compañía de un grupo de “colegas”. ¿Y qué hay del amor? Colin intentará obtener aunque sea una pizca de él y averiguar algo más sobre su reservado y misterioso compañero, que lee Mi lucha, de Karl Ove Knausgård, pero cambiar el modus operandi de una relación de ese tipo no será tarea fácil…

Pillion (término que hace referencia al asiento trasero de una motocicleta), que constituye una adaptación libre de la novela de Adam Mars-Jones Box Hill, es una película sin complejos, cruda y relativamente sorprendente en su meticulosa representación de la banalidad de prácticas muy poco convencionales. Harry Lighton sortea los escollos de una apuesta cinematográfica arriesgada gracias a las interpretaciones de sus dos protagonistas, pero sobre todo gracias al hecho de que logra dotar al conjunto de un tono agridulce de lo más irónico. Aunque cabe la posibilidad de que este humor tan descarado y sumamente británico genere polémica, se trata de un aspecto que permite al espectador adentrarse en un mundo extremadamente codificado y proyectarse, sin compasión ni condescendencia, en los tormentos sentimentales del dócil Colin: “Tu fuerza es una promesa, tu mirada una llama, a tu lado no soy nada, pero aun así soy tuyo”.

Pillion ha sido producida por Element Pictures (Reino Unido/Irlanda) junto con BBC Film (Reino Unido) y el BFI (Reino Unido). Las ventas internacionales de la película corren a cargo de la británica Cornerstone Films.

(Traducción del francés)

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Harry Lighton, Harry Melling, Alexander Skarsgård, Emma Norton, Lee Groombridge
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