CANNES 2025 Semana de la Crítica
Crítica: Nino
por Fabien Lemercier
- CANNES 2025: Pauline Loquès sigue a un joven deambulando por París después del shock de una noticia y firma un conmovedor retrato ambientado en el mundo urbano moderno

“Era como si lo vieras todo y no vieras nada.” Crecer en una gran capital, descubrir el mundo laboral en su faceta a menudo poco estimulante, intentar encontrar el alma gemela entre la multitud, mantener el vínculo con los viejos amigos y volver de vez en cuando a comer con la familia… El paso a la adultez está muy lejos de ser un proceso fácil en un mundo contemporáneo en el que comunicarse a nivel íntimo con los demás resulta cada vez más difícil.
Todos estos temas —y muchos más— son los que se abordan en segundo plano en Nino [+lee también:
tráiler
entrevista: Pauline Loquès
ficha de la película], el primer largometraje de Pauline Loquès, que ha sido presentado en la competición oficial de la Semana de la Crítica del 78.º Festival de Cannes. Pero en lugar de construir una tesis sobre ello, la cineasta francesa opta con gran acierto por un enfoque impresionista y humano que gira en torno a tres días profundamente transformadores en la vida de un joven introvertido al que, de repente, se le viene el mundo encima.
“¿No podemos hacer como si todo estuviera bien?” En efecto, para Nino (el excelente Théodore Pellerin), que está a punto de cumplir 29 años, la noticia es demoledora. Acude al hospital por cansancio y, de pronto, le comunican los resultados de unas pruebas adicionales: ha contraído el virus del papiloma humano, que ha derivado en un cáncer de garganta. Atónito, Nino se entera del protocolo médico que le espera a partir del lunes siguiente: seis sesiones de quimioterapia seguidas de doce de radioterapia, a ser posible acompañado por alguien de confianza. Y como efecto secundario, corre el riesgo de perder su capacidad reproductiva, por lo que le invitan a extraer y congelar esperma. “¿Ahora?”, pregunta. Y sí, tiene que ser ahora, porque nada en la vida de Nino puede aplazarse más. El joven se encuentra de pronto en un presente de rara intensidad interior, que está a punto de complicarse aún más cuando se da cuenta de que ha perdido las llaves de su piso. Es viernes, Nino está en la calle y tiene tres días para donar esperma, encontrar a alguien que le acompañe y, sobre todo, lograr abrirse y hablar de lo que le está ocurriendo, y todo ello mientras el mundo a su alrededor sigue su curso...
Nino, que comienza a lo grande a través de una potente secuencia inicial, relata las andanzas de su protagonista, aturdido e incierto, deambulando por la ciudad de encuentro en encuentro: desde su madre (Jeanne Balibar) hasta su mejor amigo (William Lebghil), pasando por una exnovia (Camille Rutherford) o una antigua compañera del colegio (Salomé Dewaels) con la que se topa por casualidad, de una fiesta a las calles de París, de día y de noche... La película, que resulta naturalmente conmovedora, consigue, no obstante, combinar con éxito el desenfado, la ternura y el humor con el núcleo dramático de su historia, lo cual permite a la directora explorar, a través de pequeños matices, las dificultades —inherentes al mundo moderno— de expresarse, sentir, mirar realmente a los demás, abrir una ventana para liberar las emociones y compartirlas.
Nino ha sido producida por Blue Monday Productions y coproducida por France 2 Cinéma. Las ventas internacionales de la película corren a cargo de The Party Film Sales.
(Traducción del francés)
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