CANNES 2025 Fuera de competición
Crítica: La Femme la plus riche du monde
por Aurore Engelen
- CANNES 2025: Thierry Klifa firma una película de tono tan superlativo como el de su título, a la que da vida un estupendo trío formado por Isabelle Huppert, Laurent Lafitte y Marina Foïs

La mujer más rica del mundo [+lee también:
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ficha de la película], que está inspirada en la historia real de una célebre heredera y empresaria francesa cuyos enredos sentimentales y financieros llenaron titulares y acabaron en los tribunales, despliega un escenario tan fastuoso como cruel para un trío de estrellas que se deleita interpretando a estos multimillonarios que se aman y se odian a partes iguales. Thierry Klifa, que ha sido seleccionado por primera vez en el Festival de Cannes, presenta así su sexto largometraje fuera de competición.
La película gira en torno a un trío improbable que busca amor sin estar ya seguro de cómo darlo o incluso recibirlo. Marianne (Isabelle Huppert) dirige con mano firme el imperio industrial del sector de la cosmética que ha heredado. No es rica, ni muy rica, ni siquiera riquísima; es simplemente la mujer más rica del mundo, una especie de nueva divinidad fuera del alcance de los simples mortales, aislada en su torre de marfil. Todas sus relaciones están marcadas por el poder y, por tanto, por la fuerza, generalmente articuladas como transacciones. Su hija Frédérique (Marina Foïs), que se ha criado en la opulencia, ya posee todo lo que el dinero puede comprar. Aunque intenta vagamente seguir un rumbo distinto al de su madre, lo único que le falta es su amor. Así que cuando entra en escena Pierre-Alain (Laurent Lafitte), un fotógrafo caprichoso y ex escritor pródigo y deliciosamente vulgar que vive su vida como si fuera una obra de teatro interminable, Marianne ve en él una última oportunidad de emanciparse de una existencia encorsetada por su clase social y su fortuna. Sus allegados, en cambio, lo ven como un estafador de poca monta que no dudaría en despojarla de una —insignificante— parte de su inmensa fortuna y aislarla de su entorno.
Intentar compadecerse del destino de personas tan sumamente ricas sería de lo más arriesgado, así que Thierry Klifa opta por reírse de ello, y se lanza de lleno al terreno de la sátira. Sus personajes son, naturalmente, exuberantes como ellos solos, y el cineasta no duda en llevarlo todo al extremo: el ridículo, las situaciones y la dirección artística. Entre las grandes fortunas se cultiva cierta moderación emocional, pero la llegada de Pierre-Alain, que entra en escena como elefante en cacharrería, lo trastoca todo. El exceso se convierte en la norma, y el filtro de la corrección social desaparece por completo. Pierre-Alain predica la verdad sin adornos como estilo de vida y forma de relacionarse con los demás —salvo quizá cuando se trata de sus propias finanzas—. Y Frédérique descubre, con una tristeza profunda, que su madre —que nunca pareció tener un mínimo instinto maternal— es capaz de amar a Pierre-Alain como a un hijo díscolo, pese a sus errores y defectos. La película, que se muestra menos centrada en la psicología de sus personajes que en los complejos vínculos que los unen, antepone la ironía a la empatía, y nos recuerda, por si acaso, cuán solitario puede ser estar en la cima. Pierre-Alain es quien se mueve y hace moverse a los demás, el motor que impulsa al resto de personajes. Laurent Lafitte se entrega con evidente entusiasmo a su licencia para sobreactuar, mientras que Isabelle Huppert aprovecha su estatus de actriz descomunal para dar vida a este personaje de "la más rica del mundo" en toda su desmesura. La mujer más rica del mundo es una farsa que no busca tanto desentrañar el lado oscuro de sus protagonistas como invitarnos a contemplar el espectáculo de los desorbitados dramas familiares de las personas de este nivel de poder adquisitivo.
La mujer más rica del mundo ha sido producida por Récifilms (Francia) y Versus Productions (Bélgica). Las ventas internacionales de la película corren a cargo de Playtime.
(Traducción del francés)
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