CANNES 2025 Fuera de competición
Crítica: La Venue de l’avenir
por Aurore Engelen
- CANNES 2025: Cédric Klapisch demuestra otra vez su talento para las comedias dramáticas corales, reflexionando de forma ligera y sincera sobre el presente y la Historia

Por sorprendente que parezca, Cédric Klapisch ha presentado por primera vez una película en el Festival de Cannes tras más de 30 años de carrera. La Venue de l’avenir [+lee también:
tráiler
entrevista: Cédric Klapisch
ficha de la película], su decimocuarto largometraje, se ha estrenado a nivel mundial en la selección oficial, fuera de competición. Se trata de un reconocimiento tardío pero bienvenido para una película que rinde un sincero homenaje a los artistas de la imagen —ya sea pintada, fotográfica o en movimiento— y sitúa su relato en el corazón de un viaje en el tiempo que conecta nuestra época con el final del siglo XIX.
Todo comienza en la Orangerie, frente a Los nenúfares, escenario involuntario de una pequeña mascarada pop contemporánea: una sesión de fotos para una marca de ropa en la que se planea modificar en postproducción los colores de la monumental obra para resaltar los de los vestidos. Desde el inicio, se hace evidente el tono pícaro del cineasta francés, que no duda en recurrir a arquetipos para retratar la sociedad de su tiempo, flirteando así con el cliché, pero haciéndolo con una sinceridad tan elevada que las reacciones, más que resultar molestas, son de agrado. A la espera de reencontrarnos tal vez con Claude Monet, el relato nos lleva a conocer a los —muy numerosos— descendientes (entre ellos nuestro joven fotógrafo, interpretado por Abraham Wapler) de Adèle Meunier (Suzanne Lindon), una joven nacida en 1873. Todos ellos se han reunido por una cuestión de herencia en torno a una casa en ruinas donde amarillean algunas fotos y un misterioso cuadro acumula polvo. Mientras se designa una delegación de primos (Abraham Wapler, Julia Piaton, Vincent Macaigne y Zinedine Soualem) para iniciar las negociaciones con el ayuntamiento, que quiere comprar el terreno para construir un ecoparking, retrocedemos en el tiempo junto a Adèle, una joven de unos veinte años que deja su provincia natal para viajar a París en busca de una madre a la que nunca ha conocido. En el barco que navega por el Sena conoce a Anatole (Paul Kircher) y Lucien (Vassili Schneider), pintor y fotógrafo, que también viajan a la capital en busca de una oportunidad. Ante sus asombrados ojos desfila un París de postal, un glorioso panorama dominado por la recién construida Torre Eiffel. Estos jóvenes con gran porvenir viven en una época de revolución tecnológica. La fotografía se encuentra en una fase embrionaria, el cine empieza a dar sus primeros pasos, pero son los cuadros de los impresionistas los que cambian su visión del mundo. Todas estas expresiones artísticas tratan de capturar el instante, transformando lo fugaz en eternidad y haciéndolo así pasar a la historia.
“Con vosotros, los jóvenes, todo va demasiado deprisa hoy en día”, constata el cochero que lleva a Adèle a la estación. Desde entonces, todo ha cambiado… y nada ha cambiado, parecen decirnos con picardía Klapisch y su fiel compañero de guion Santiago Amigorena, con quien ya coescribió Le Péril Jeune hace treinta años. De aquella primera película se mantiene el amor y la ternura de los autores hacia la juventud, su capacidad para estar siempre en movimiento, abiertos al cambio, proyectándose en el futuro con total naturalidad. Con la ayuda de un carismático reparto de jóvenes actores y actrices prometedores, Klapisch no intenta imitar esa energía, sino que la celebra. Aunque puede lamentarse que los personajes “del presente” queden a veces atrapados en estereotipos, que algunos diálogos resulten algo forzados o ciertas secuencias sean torpes, La Venue de l’avenir ofrece, además de emotivas historias familiares, una reflexión lúdica y optimista sobre la idea de modernidad: un entretenimiento asumido que se regocija tanto en la estética kitsch de las postales como en los grandes cuadros impresionistas, y que también transmite la admiración del cineasta por los artistas y los pioneros.
La Venue de l’avenir ha sido producida por Ce qui me meut Motion Picture, France 2 Cinéma, La Compagnie Cinématographique (Bélgica) y Panache Productions (Bélgica). Las ventas internacionales de la película, que se estrenará en Francia el próximo 22 de mayo, corren a cargo de StudioCanal.
(Traducción del francés)
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