Crítica: Testa o croce?
por Camillo De Marco
- CANNES 2025: La segunda cinta de Alessio Rigo de Righi y Matteo Zoppi es un entretenido e insolente anti-western sobre el espectáculo de Buffalo Bill en Italia y la fuga de dos amantes

Érase una vez el Salvaje Oeste y una película de 1976 de Robert Altman titulada Buffalo Bill y los indios, en la que Paul Newman interpretaba al legendario explorador William Frederick Cody en el Wild West Show, su espectáculo itinerante sobre el mito de la frontera. El western revisionista de Altman ofrecía una reflexión desmitificadora sobre los mitos fundacionales de la epopeya americana. Esa misma idea alimentó, ese mismo año, la sátira grotesca de Marco Ferreri, que en No tocar a la mujer blanca presentaba a Michel Piccoli como un Buffalo Bill irreverente en una versión surrealista de la batalla de Little Bighorn ambientada en las canteras de Porta Maggiore, en Roma. A unos cuantos grados de separación de aquellas películas, nos encontramos con Testa o croce? [+lee también:
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ficha de la película], el antiwestern del tercer milenio que ha dirigido el dúo formado por Alessio Rigo de Righi y Matteo Zoppis entre las dunas del Parque del Circeo, a 100 km de Roma. La película ha sido presentada en la competición oficial de la sección Un Certain Regard del 78.º Festival de Cannes.
Testa o croce? relata la llegada de Buffalo Bill a Roma a principios del siglo XX con su espectáculo. El personaje está encarnado por un magnífico John C. Reilly, protagonista también de otro post-western europeo, Los hermanos Sisters [+lee también:
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entrevista: Jacques Audiard
ficha de la película], de Jacques Audiard (que se sitúa en otro grado de separación con respecto a estas películas). En el espectáculo, mientras le arranca la cabellera al jefe indio Mano Amarilla, el actor y héroe nacional ensalza la “tierra de las oportunidades”, donde todos son libres de convertirse en quienes quieran. Italia lleva algunas décadas unificada y, con la llegada del vapor, los nuevos amos son los constructores de ferrocarriles, como el prefecto Rupè (Gianni Garko, de 90 años, rostro habitual de numerosos spaghetti westerns). Su despótico hijo, Ercole Rupè (Mirko Artuso), lanza un desafío a Buffalo Bill: un duelo de doma entre sus cowboys y los butteri italianos. El torneo lo gana Santino, interpretado por un Alessandro Borghi que se inspira más en el Terence Hill de los spaghetti westerns de Enzo Barboni que en el Clint Eastwood de Sergio Leone. Y cuando la joven esposa francesa de Rupè, Rosa (Nadia Tereszkiewicz), dispara a su marido y huye con Santino, el prefecto pone precio a la cabeza del buttero asesino y “secuestrador”.
La película, narrada en parte con la voz en off de Buffalo Bill —encargado de traer de vuelta a la dama junto con la cabeza de Santino (un guiño directo a la mítica Quiero la cabeza de Alfredo García, de Sam Peckinpah)—, se vuelve entonces picaresca. Rosa está enamorada de Santino (“tienes ojos brillantes y un corazón ligero”) y está decidida a alcanzar el sueño americano al otro lado del océano. Sin embargo, la pareja de fugitivos deberá superar aún muchas peripecias, como el encuentro con un grupo de revolucionarios liderados por un argentino exiliado (Peter Lanzani) y en rebelión contra los oligarcas (ver ¡Agáchate, maldito! [+lee también:
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entrevista: Jacques Audiard
ficha de la película], de Sergio Leone). Santino resulta ser un trovador habilidoso que canta sus propias hazañas y asume la responsabilidad del homicidio de su malvado amo, convirtiéndose en un héroe involuntario. Tras un clásico atraco a un tren, acaba en una celda con Giovanni, alias Zecchino (literalmente, “moneda de oro”), interpretado por Gabriele Silli (protagonista de la primera película de los directores, La historia del Rey Cangrejo [+lee también:
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entrevista: Alessio Rigo de Righi y Ma…
ficha de la película]).Hay una sensación de continuidad con esta película, dada la evidente intención de los directores de fusionar las historias épicas de ambas orillas del Atlántico, tradiciones y leyendas que a menudo se transmiten a través de baladas populares.
Ambas películas comparten también una fascinación por los espacios abiertos y la naturaleza. Hay secuencias memorables, como el encuentro con las recolectoras de ranas, que deslumbran a los pequeños anfibios con espejitos que reflejan el sol. El director de fotografía Simone D’Arcangelo se decanta por la luz roja de los atardeceres que inunda el rostro de la protagonista. La desenfadada, descarada y rebosante de amor por el cine como materia atemporal y moldeable Testa o croce? nos divierte al tiempo que nos advierte de que la libertad tiene un precio, y el poder no tolera a quienes intentan arrebatarla, aunque eso les cueste la cabeza.
Testa o croce? es una coproducción entre Italia y Estados Unidos de Ring Film y Cinema Inutile con Rai Cinema, en asociación con Andromeda, Cinemaundici y Volos Films. Las ventas internacionales corren a cargo de Rai Cinema International Distribution.
(Traducción del italiano)
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