26/05/2025 - CANNES 2025: En su segundo largometraje, Pedro Cabeleira pinta un retrato de parte de la sociedad portuguesa y de una generación que lo tiene difícil, y casi sin remedio

El último largometraje de Pedro Cabeleira, Entroncamento, que se ha estrenado en la sección ACID de Cannes, está ambientado en la ciudad homónima. Se trata de una localidad situada en el centro de Portugal, donde confluyen dos importantes líneas ferroviarias: una que se dirige hacia el norte y otra hacia el este. Esta intersección, en las afueras de la capital, es el escenario en el que seguimos los caminos de quienes habitan este lugar.

Cuando la recién llegada, Laura (Ana Vilaça), llega al pueblo para vivir con su prima, trae consigo los fantasmas de su vida anterior. Su llegada representa un intento de abrir un nuevo capítulo para sí misma, pero se convierte inevitablemente en una nueva etapa para aquellos que siempre han vivido allí. La joven no logra escapar de sus viejos hábitos y acaba envuelta en las actividades nocturnas del pueblo, relacionadas con el dinero y el crimen.

Laura es el motor de la película, pero también llegamos a conocer en profundidad a otros grupos de personajes que, de una forma u otra, están conectados entre sí. Desde Virgílio (Henrique Barbosa) y su pareja (Cleo Diára) hasta otros grupos de traficantes y jugadores (Rafael Morais, Tiago Costa, Sérgio Coragem, André Simões), se conforma una constelación de individuos sorprendentes, a quienes seguimos en sus vidas entrelazadas. Son pasajeros nocturnos en este tren cinematográfico: cada uno de ellos con asientos distintos y con sus propios orígenes socioculturales y étnicos.

El guion, escrito por Cabeleira y Diogo Figueira, muestra una profunda conexión con lo que estos personajes podrían haber dicho y hecho: cada palabra que escuchamos suena natural y nos llega al corazón. Realzada por una interpretación sobresaliente de todo el reparto (con una mención especial a Henrique Barbosa), esta película de ficción logra elevarse aún más al crear el espacio adecuado y el equilibrio entre todos los personajes. Esto es especialmente cierto en el caso de las mujeres fuertes que sostienen este lugar (y a estas personas), unidas y responsables. La dirección artística, así como el diseño de producción y de vestuario, están cuidados al máximo, y Entroncamento se convierte en un personaje más. El uso de las características propias de la ciudad como forma de crear luz y de añadir o eliminar espacio visualmente está logrado a la perfección. El estilo de cámara en mano, acompañado de un paisaje sonoro intenso, potencia la sensación de movimiento constante. Además, la banda sonora crea una capa completamente nueva en esta historia, ya que la variedad del espectro musical aporta un toque distinto a elementos que probablemente se hayan visto antes.

En lo que podría haber sido una historia basada únicamente en la oscuridad de actividades nocturnas ilícitas, el desarrollo de la trama va mucho más allá. Entroncamento explora no solo las dificultades que atraviesan estos personajes a nivel económico, sino también algunos de los profundos problemas socioculturales e históricos que los rodean. Desde los prejuicios contra la comunidad gitana y el discurso de odio dirigido a los inmigrantes hasta los patrones de comportamiento profundamente misóginos y las dificultades de los pueblos pequeños, la película presenta una variedad de problemas sociales inherentes a un país que está virando cada vez más hacia la derecha. Al profundizar en los personajes, pero también en los contextos en los que existen, esta película logra ofrecer un retrato urgente de una parte de la sociedad portuguesa, pero también de una generación casi indefensa.

Entroncamento es una producción de OPTEC Filmes (Portugal), coproducida por Kometa Films (Francia). Sus ventas internacionales corren a cargo de Pluto Film.

(Traducción del inglés)