email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

TRIBECA 2025

Crítica: Cuerpo Celeste

por 

- El segundo largo de Nayra Ilic García ofrece un relato sobre el paso a la adultez calmado y contenido pero sincero, ambientado en la transición hacia la democracia en Chile

Crítica: Cuerpo Celeste
Helen Mrugalski en Cuerpo Celeste

Estrenado mundialmente en la competición narrativa internacional del Festival de Tribeca, el segundo largometraje de Nayra Ilic García, Cuerpo Celeste, es un drama iniciático discreto pero poderoso, ambientado en un pueblo costero chileno en 1990. La película aborda el frágil momento de transición tanto de una joven como de su país, a medida que emerge de la sombra de la dictadura de Augusto Pinochet, ofreciendo un retrato honesto y contenido de una revolución interior.

La historia gira en torno a una joven de 15 años llamada Celeste (la debutante Helen Mrugalski), que pasa la Nochevieja en la playa con su familia y amigos, un momento que representa la esperanza de una nueva era democrática. Este instante idílico se ve rápidamente truncado por un trágico acontecimiento que sume a su madre en una profunda crisis personal y obliga a Celeste a enfrentarse a una realidad drásticamente alterada. Casi un año después, atraída por la expectativa de un eclipse solar, Celeste regresa al mismo pueblo costero, solo para descubrir que todo y todos han cambiado.

El punto de inflexión crucial de la historia ocurre aproximadamente en el minuto 25, hacia el final del primer acto, cuando el tono cambia y se establecen los conflictos principales. Sin embargo, el conjunto tiende hacia un ritmo calculado que, en ocasiones, puede parecer excesivamente deliberado. Este tempo contenido refuerza la atmósfera introspectiva, aunque corre el riesgo de perder a los espectadores que buscan un impulso narrativo más dinámico.

Desde el punto de vista técnico, Cuerpo Celeste está realizada con mucho cuidado y habilidad. El director de fotografía, Sergio Armstrong, opta por una paleta visualmente rica, dominada por tonos terrosos y marrones cálidos (reflejados en la arena, las localizaciones y el vestuario), evocando un sentido tangible del tiempo y el espacio. La fotografía alcanza un equilibrio entre el naturalismo de la costa chilena y el paisaje emocional de los personajes. El diseño sonoro complementa esto con una banda sonora cuidadosamente elaborada, donde la música de David Tarantino se fusiona con el sonido ambiental del romper de las olas, que casi se convierte en una presencia por sí misma.

El reparto ofrece interpretaciones sólidas, caracterizadas por una contención creíble. Los momentos de soledad, conflicto e ira, expresados a través de confrontaciones susurradas, bofetadas ocasionales y algunos gritos, mantienen un tono realista y nunca caen en el melodrama. Cabe destacar que la interpretación de Celeste por parte de Mrugalski es particularmente impresionante, transmitiendo una mezcla de vulnerabilidad y fuerza silenciosa, llena de matices, sin sobreactuar en ningún momento. Su actuación sustenta el núcleo emocional de la película con sutileza y elegancia.

Aunque Cuerpo Celeste se desarrolla con sinceridad, se echan en falta momentos de auténtica creatividad o riesgo narrativo que podrían elevarla más allá de una ejecución “correcta”. Su estética e historia son impecables y están cuidadosamente contenidas, pero la película se queda corta a la hora de aventurarse en el territorio crudo e impredecible que podría hacerla verdaderamente memorable o transformadora.

Por otro lado, cabe destacar que el contexto sociopolítico está integrado de forma orgánica, sin resultar intrusivo o didáctico. El tema de la transición a la edad adulta se maneja con delicadeza y evita los clichés habituales, permitiendo una exploración fresca y tierna de la adolescencia en un contexto de renacimiento nacional. El uso del eclipse solar como motivo narrativo es tanto efectivo como simbólico, subrayando nociones de cambio, incertidumbre y renovación.

En resumen, Cuerpo Celeste sobresale como una representación honesta de un idilio juvenil bruscamente interrumpido y de los intentos por forjar un nuevo camino en un mundo inestable. El relato concluye con una resolución satisfactoria que subraya sus temas sin recurrir a respuestas fáciles. Aunque la película no es innovadora ni especialmente perspicaz, su narración directa y sincera, junto con su destreza técnica y una notable interpretación protagonista, la convierten en un encomiable segundo largometraje.

Cuerpo Celeste es una producción de las chilenas Planta, Horamágica y Oro Films, junto con la italiana dispàrte. La romana Intramovies se encarga de las ventas internacionales.

(Traducción del inglés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy