Crítica: Le Secret des mésanges
por Fabien Lemercier
- Antoine Lanciaux firma un bonito primer largometraje, retratando con gran dulzura narrativa y visual la investigación estival de una niña en el pasado de su familia

“Libra: Hay nuevos encuentros en el horizonte. Es un buen momento, porque actualmente tienes una energía maravillosa”. El horóscopo en el Journal de Bectoile, un periódico de un pequeño pueblo en la campiña francesa, encaja a la perfección con la intrépida Lucie, la joven protagonista de Le Secret des mésanges, la encantadora ópera prima de Antoine Lanciaux (conocido principalmente como coguionista de La Prophétie des grenouilles y animador en Un gato en París [+lee también:
tráiler
ficha de la película]). La película fue presentada como una proyección especial en la 44.ª edición del Festival de Cine de Animación de Annecy.
“No es buena idea andar husmeando por ahí”, advierte su madre, Caro, cuando rechaza la idea de trepar por encima de una verja cerrada en una pequeña calle desierta en medio del campo, a la que un accidente de moto las ha llevado por casualidad. Esto despierta la curiosidad de la pequeña Lucie, de 9 años. La niña no insiste, ya que sabe que el molino al final del sendero, más allá de la verja, guarda malos recuerdos para Caro, que se vio obligada a abandonar el lugar con su propia madre cuando tenía siete años, a causa de un incendio (“tu abuela no quiso volver a oír hablar de Bectoile”). En realidad, Lucie solo sabe que su madre le tiene pánico al fuego, pero a lo largo del verano que comienza acabará descubriendo mucho más…
Mientras tanto, Caro y su colega Pierrot se dedican a otro tipo de excavaciones, en este caso, arqueológicas, en busca de una cripta en las ruinas de un castillo próximo, que también oculta una leyenda (¿un secreto?, ¿un tesoro?). Lucie, por su parte, explora los alrededores con el perro Mandrin y, poco después, con un amable chico de 13 años llamado Yann, que también vive en la zona. Entre una misteriosa llave encontrada en un nido, un anciano que vive como un ermitaño en lo más profundo del bosque (a quien los rumores populares califican de brujo), un pequeño tejón al que deben salvar, dos pájaros que se comportan extrañamente como guías, sueños con conexiones históricas, una investigación casi periodística, intuiciones y una tormenta, pronto empiezan a salir a la luz verdades ocultas…
Realizada íntegramente con la técnica de papel recortado, Le Secret des mésanges resulta ser una obra de gran sensibilidad, llena de dulzura infantil y de las experiencias típicas de las vacaciones en el campo (los animales del bosque y de la granja, los tractores, las motos viejas, las aventuras casuales…). Infundiendo a la película un espíritu que parece estar a medio camino entre Los Cinco y Scooby-Doo, muy accesible para el público más joven, el director (que escribió el guion con Pierre-Luc Granjon) teje una delicada historia sobre los lazos familiares (y las heridas) que se deshacen por los avatares de la vida, mientras saca el máximo partido del entorno natural de la historia. El resultado es una película luminosa y visualmente agradable, que es a la vez humilde y técnicamente sutil (mención especial al cautivador grafismo de Sophie Roze y Samuel Ribeyron). Se trata de una película que conquistará a los espectadores más jóvenes, despertará buenos recuerdos veraniegos entre los más mayores y que sigue hábilmente la línea realista y poética de la animación francesa, como la de maestros como Michel Ocelot y Jean-François Laguionie.
Le Secret des mésanges es una producción de las francesas Folimage y Les Armateurs, coproducida por Lunanime (Bélgica) y las también galas Will Production, JPL Films, Dragons Films, Auvergne-Rhône-Alpes Cinéma, Pictanovo y TNZPV Productions. France Tv distribution se encarga de las ventas internacionales.
(Traducción del francés)
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