Crítica: The Visitor
por Olivia Popp
- Vytautas Katkus entrega en su primer largometraje un conmovedor relato ambientado en un pueblo costero sobre las conexiones entre individuos, espacios y encuentros

Una araña en su telaraña, una pequeña isla solitaria: estos dos planos nos dan pistas sobre el sutil simbolismo que atraviesa el tapiz temático de The Visitor [+lee también:
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entrevista: Vytautas Katkus
entrevista: Vytautas Katkus
ficha de la película], de Vytautas Katkus, que acaba de estrenarse mundialmente en la competición principal de Karlovy Vary, donde podría alzarse con el Globo de Cristal. Katkus debuta en el largometraje con esta película tras varios cortometrajes seleccionados en Cannes y Venecia, así como numerosas colaboraciones como director de fotografía, incluyendo Toxic [+lee también:
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ficha de la película], que le valió recientemente una Grulla de Plata del cine lituano (ver la noticia). En The Visitor, Katkus firma el guion (junto con la directora de Slow [+lee también:
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entrevista: Marija Kavtaradze
ficha de la película], Marija Kavtaradzė), la dirección y la fotografía.
Siguiendo la línea de sus cortometrajes, Katkus emplea principalmente texturas analógicas, entre las que destaca la riqueza del 16 mm, que brilla en las escenas filmadas en entornos naturales, como la playa y los bosques circundantes. Allí encontramos a Danielius (Darius Šilėnas), de 30 años, un padre primerizo que vive en Noruega y que ha regresado a Lituania para vender el piso de sus padres, un año después de la muerte de su padre. A su regreso, se reencuentra con rostros conocidos y entabla nuevas amistades.
Entre ellas están Vismantė (Vismantė Ruzgaitė) y su padre (Arvydas Dapšys), que regenta una tienda de aperitivos en esta pequeña ciudad balneario. También presenciamos encuentros fugaces con Tomas (Rokas Siaurusaitis), quien coquetea ocasionalmente con su amiga (la directora de Toxic, Saulė Bliuvaitė). La participación de Laurynas Bareiša (director de Drowning Dry [+lee también:
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entrevista: Laurynas Bareiša
ficha de la película]) como montador contribuye a que la película de Katkus destaque como ejemplo de la fuerza creativa que está generando la colaboración entre jóvenes talentos del cine lituano.
Danielius es el primer personaje que conocemos, pero el mosaico de relaciones que se teje a su alrededor (especialmente las paternofiliales o generacionales) resulta igual de relevante. Más allá de una cronología aproximada que acompaña el vaciado y la venta del piso, The Visitor no sigue una trayectoria lineal, sino que se enfoca en los hilos que conectan a los personajes y que tienden a expandirse hacia el exterior. A veces, esto lastra ligeramente la narración, ya que el paisaje narrativo se ramifica en distintas direcciones, pero dejarse llevar por su ritmo es como recibir un cálido abrazo.
Por ejemplo, la película nos concede espacio para sentarnos y observar cómo Vismantė cuida a su hijo, o para disfrutar de una escena alegre en la que Tomas y sus amigos juegan con una lámpara activada por sonido, gritando y lanzando chillidos. A través del paisaje sonoro (a cargo de Julius Grigelionis), el ruido ambiental que rodea a los personajes está muy presente. Curiosamente, no siempre se da prioridad a los diálogos, recordándonos que también nosotros estamos contextualizados por los lugares que habitamos.
A lo largo de la película, Danielius se toma su tiempo para sentarse, tumbarse y descansar en distintos espacios, personificando una sensación familiar de soledad y extrañamiento que surge al convertirse en visitante de un lugar que alguna vez conoció bien. El espectador también se siente invitado a detenerse: Katkus dirige nuestra atención hacia encuentros y conversaciones fugaces que a menudo son los primeros en ser olvidados por su aparente intrascendencia, pero que, en última instancia, constituyen la base de nuestra memoria sensorial. Aquí, se reconocen en toda su profundidad. Descansa, parece decir Katkus, y quédate un rato.
The Visitor es una coproducción entre Lituania, Noruega y Suecia, producida por M-Films junto con Staer Film y Garagefilm International. La parisina Totem Films gestiona las ventas internacionales.
(Traducción del inglés)
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