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FILMFEST MÜNCHEN 2025

Crítica: Magallanes

por 

- Lav Diaz disfruta de su primera colaboración con una estrella en un épico relato de la Era de los Descubrimientos, con Gael García Bernal en la piel del célebre explorador Fernando de Magallanes

Crítica: Magallanes
Gael García Bernal en Magallanes

A lo largo de su dilatada carrera, Lav Diaz se ha especializado en sacar a la luz los aspectos más sombríos de la corrupción en Filipinas, especialmente durante la época del dictador Ferdinand Marcos y hasta la llegada al poder de su hijo Bongbong, el actual presidente. Su nueva película, Magallanes [+lee también:
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, se remonta cinco siglos atrás hasta uno de sus primeros ejemplos: el “pecado original” de la nación, cuando la expedición del explorador Fernando de Magallanes a la isla allanó el camino para su gradual colonización por parte de España. La película, que asume con confianza las exigencias de una epopeya histórica y las adapta al estilo de Díaz (aunque prescindiendo de algunos detalles y complejidad), continuó su recorrido por festivales en el Filmfest Munich la semana pasada, tras su estreno en la sección Cannes Première del Festival de Cannes.

Es curioso observar cómo las características de un cineasta tan original como Diaz (duración colosal, tramas novelísticas e interpretaciones profesionales y variables) corren el riesgo de resultar demasiado familiares, por lo que Magallanes llama inmediatamente la atención con sus nuevos matices. La película está rodada en opulentos tonos dorados y verdes aterciopelados por el director de fotografía Artur Tort, colaborador habitual de Albert Serra (que también produce la cinta), y cuenta con el canoso sex symbol Gael García Bernal, que sorprende en la piel de un Magallanes cada vez más desquiciado. El actor mexicano (que habla principalmente en la lengua nativa del explorador portugués) está tan bien como cabía esperar, aunque su carisma natural e ingenuidad ante la cámara parecen estar suprimidos. En un guion carente de auténticas caracterizaciones, está lejos del Aguirre de Klaus Kinski, quien estaba más en sintonía con la puesta en escena del volátil Werner Herzog.

El enfoque más polémico de la película le aporta un regusto amargo. En un momento de nostalgia colonial que aún perdura en la Península Ibérica, Magallanes fue celebrado por su viaje a las Molucas, que culminó en la primera circunnavegación del mundo, recordándonos el papel de la Era de los Descubrimientos en el surgimiento del empirismo científico a comienzos de la Edad Moderna. Sin embargo, el conflicto entre la identidad indígena y la inclinación colonizadora y misionera de Magallanes se materializa en el personaje del esclavo Enrique (Amado Arjay Babon), comprado por el explorador en una expedición anterior a Malasia. Sus pensamientos se transmiten ocasionalmente en voz en off, convirtiéndolo en el “verdadero” protagonista de la película, mientras que la conclusión de su arco permite que la historia se replantee parcialmente como empoderadora para los filipinos indígenas, insinuando que el largo curso de la historia les llevará a recuperar su independencia.

Teniendo en cuenta que la película dura dos horas y media (aproximadamente un tercio de la duración de algunas de las mejores obras del director), Diaz opta por un enfoque lineal y objetivo, avanzando a través de pequeños episodios desde 1504 hasta 1521. Como podemos imaginar, la película era inicialmente mucho más larga y prestaba mayor atención a un aspecto menos conocido de la historia: su esposa Beatriz (Ângela Azevedo), que a veces aparece de manera inquietante, aunque algo prosaica, en forma de visiones mientras Magallanes avanza hacia su destino. Los “efectos de alienación” causados por la espera, la anticipación y el terror son cruciales en el cine de Diaz, y funcionan mejor cuando el cineasta no hace concesiones a los estándares de exhibición que exigen duraciones “manejables”. Habitualmente, nos permite “estar” con sus personajes y acompañarlos, en lugar de ofrecernos simplemente una visita superficial y funcional, como sucede aquí.

Magallanes es una coproducción entre Portugal, España, Francia, Filipinas y Taiwán, producida por Rosa Filmes, Andergraun Films, Black Cap Pictures y Lib Films. Fue coproducida por El Viaje Films, Volos Films, Ten17P y Ultramarina Filmes. Sus ventas internacionales corren a cargo de Luxbox.

(Traducción del inglés)

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