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FIDMARSEILLE 2025

Crítica: Bulakna

por 

- Leonor Noivo construye un puente entre las Filipinas y Europa, entre la economía del presente y el pasado colonial, alrededor de dos mujeres y del oficio de empleada doméstica

Crítica: Bulakna

“Te enseñarán a hacerlo todo a la perfección, el mayor número posible de cosas en la sombra. Cuanto más invisible seas, mejor serás en tu trabajo.” Tras Come la notte [+lee también:
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, de Liryc Dela Cruz (presentada en la Berlinale), las empleadas domésticas de origen filipino, repartidas por todo el mundo, vuelven a ocupar el primer plano con Bulakna, el primer largometraje como directora de la portuguesa Leonor Noivo (conocida sobre todo por ser coguionista y productora de La fábrica de nada [+lee también:
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, de Pedro Pinho), que se ha estrenado a nivel mundial en la competición internacional del 36.º FIDMarseille.

A través de este documental, la primeriza cineasta portuguesa explora un enfoque de tres caras, y lo hace entrelazando las trayectorias de dos mujeres: una joven que contempla la posibilidad de emigrar, y otra que lleva mucho tiempo asentada en Lisboa y se plantea la posibilidad de volver a su país, y todo ello con la historia y la colonización como telón de fondo.

“Hay que secar todo este pescado para que tenga algún valor.” Nos encontramos en la isla de Mindoro, en el humilde pueblecito de Pasi II, donde la vida gira en torno a la pesca en sencillas piraguas, las lluvias torrenciales son habituales y las hamacas marcan el paso del tiempo. Allí, una mujer muy joven que trabaja en un puesto de venta de pescado al borde de la carretera empieza a plantearse un futuro en otro lugar (“me siento limitada en la isla”), pese a las advertencias de una compañera y amiga que ya vivió la experiencia como empleada del hogar en el extranjero (“no tenía con quién hablar porque nadie hablaba mi idioma”, “ahora soy feliz con mi vida, pero el dolor sigue ahí”). ¿Se irá, tal y como le invitan a hacer las numerosas agencias especializadas de Manila que ofrecen formación de vanguardia (con muñecos para aprender a cuidar bebés y maniquíes para personas mayores, clases de cocina y limpieza, etc., así como reglas de oro que hay que respetar para saber cuál es su lugar)?

Al otro lado del océano, en la capital portuguesa, otra mujer filipina hace balance de su vida. Aunque tenía trabajo como periodista en su país, eligió hace ya muchos años el exilio económico como empleada doméstica en una hermosa villa burguesa. Sin embargo, sufre los efectos negativos de la soledad —a pesar de su pequeño círculo de compatriotas que ejercen la misma actividad que ella— y la distancia con su familia (sus hijos y su anciano padre), que se han quedado en su país natal. ¿Volverá?

Al mostrar las dos caras de la moneda con una cámara de gran proximidad y recurriendo a la voz interior del personaje que vive en Europa, Leonor Noivo ilumina con un realismo impecable lo que implica el exilio económico a nivel humano. Pero, sobre todo, la cineasta aporta una dimensión mucho más amplia al evocar —a través de escenas realizadas con una compañía de teatro— la historia de la colonización de Filipinas escrita por los europeos, en completo contraste con las raíces de la cultura local, un pasado en el que la esclavitud resuena con nuevas formas de explotación económica contemporánea.

Bulakna ha sido producida por la portuguesa Terratreme Filmes (que también gestiona las ventas internacionales) y la francesa Barberousse Films.

(Traducción del francés)

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