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KARLOVY VARY 2025 Competición

Crítica: Cinema Jazireh

por 

- En su segundo largometraje, la directora turca Gözde Kural adopta un enfoque observacional sensible para contar una historia irremediablemente sombría

Crítica: Cinema Jazireh
Fereshteh Hosseini en Cinema Jazireh

La cineasta turca Gözde Kural regresa a Afganistán ocho años después de su ópera prima, Dust, con Cinema Jazireh [+lee también:
tráiler
entrevista: Gözde Kural
ficha de la película
]
, que ha tenido su estreno mundial en la competición principal de Karlovy Vary, donde ha recibido una mención del jurado ecuménico (ver la noticia). Se trata de una película de 128 minutos de duración, con una historia implacablemente sombría, que tendrá dificultades para encontrar visibilidad más allá del circuito de festivales, a pesar del enfoque delicado y perspicaz de la directora.

Encontramos a Leila (Fereshteh Hosseini) deambulando por las calles de una pequeña ciudad por la noche, en busca de su hijo Omid. El niño desapareció después de que los talibanes atacaran su casa y asesinaran a su marido. Kural establece inmediatamente la sensación de desorientación y aislamiento de la protagonista a través de los encuadres del director de fotografía Adib Sobhani, cuya cámara en mano no es solo inestable, sino que prácticamente oscila a su alrededor.

Dos escenas especialmente duras, en las que observamos a Leila en dolorosos primeros planos, demuestran que una mujer no puede caminar sola por Afganistán, ni siquiera cubierta con un burka. Así, en un acto que parece salido de una tragedia griega, la mujer retira la grava de la tumba sin lápida de su marido, le corta la barba con unas tijeras, se la pega en la cara y se viste con su ropa.

Mientras tanto, descubrimos que Cinema Jazireh es solo una tapadera para una operación criminal en la que secuestran a chicos jóvenes y los entrenan para trabajar como prostitutas travestis. Azid, un niño de mirada ingenua (interpretado por Ali Karimi), llega acompañado por el jefe de la trama, Waheed (Hamid Karimi), y su secuaz Ashraf (Meysam Damanzeh), quienes lo presentan a Zabur (el actor turco Mazlum Sümer), la joven prostituta residente que baila para los clientes y luego presta servicios sexuales. Zabur es la persona responsable de instruir a Azid y a otros dos chicos.

Después de preguntar sin éxito en la oficina de personas desaparecidas, Leila sigue vagando por la zona hasta que se desmaya en manos de Sinjar (Reza Akhlaghirad), un sepulturero de mediana edad. Este la ayuda a reponerse y a encontrar Cinema Jazireh.

La película parece estar ambientada en los años 90, ya que el DVD es una tecnología nueva en la tienda de contrabando donde Waheed consigue una Game Boy y una cámara con la que permite filmar a Azid, lo que aporta un nuevo e interesante ángulo a la historia (el chico se siente atraído por el póster de Freaks, de Tod Browning). También les regala un DVD de Titanic, que los niños ven con gran interés, con “My Heart Will Go On” sonando a todo volumen fuera de plano. Pequeños momentos como este revelan que estos hombres no son monstruos, sino seres humanos, acercando la historia a un territorio incómodamente cercano y haciéndola universal. El hecho de que el Ministerio de Cultura de Turquía retirase su apoyo a la película después de verla es una prueba de ello.

Algunos momentos, como la profanación de la tumba, la escena en la que Sinjar pesca un cadáver de un río para conseguir una barba apropiada para Leila, o la ejecución fuera de plano de tres hombres por vender casetes de música, contrastan parcialmente con la sala de actuaciones de color rosa del Cinema Jazireh, llena de música y risas. Al final, es el destino de Zabur el que resulta especialmente conmovedor. Mientras que Leila, que se camufla como un hombre, tiene una tarea dolorosa, también se aferra a la esperanza; en cambio, Zabur, que se viste como una mujer para actuar, no conoce otra forma de vida y tiene un futuro muy incierto. Esto se desarrolla tanto como un contraste como una superposición, y lo mismo ocurre con el enfoque observacional, sensible y delicado de Kural, que nos invita a mirar el dolor y el sufrimiento y comprenderlos, en lugar de juzgarlos, incluso cuando se trata de los talibanes. 

Cinema Jazireh es una coproducción entre Turquía, Irán, Bulgaria y Rumanía, producida por Toz Film Production, Seven Springs Pictures y Kos Kos Film, en colaboración con Front Film, Soberworks, Orion y Avva Mixx.

(Traducción del inglés)

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