Crítica: Uno equis dos
por Alfonso Rivera
- La comedia negra de Alberto Utrera, basada en hechos reales, vuelve a demostrar que el dinero –o el deseo de poseerlo– extrae del ser humano la violenta fiera avariciosa y salvaje que lleva dentro

Uno equis dos es el tercer largometraje de ficción dirigido por Alberto Utrera (Desmontando a Lucía, Smoking Club [+lee también:
tráiler
ficha de la película]), que después de estrenarse en la sección oficial fuera de competición del último Festival de Málaga, llega el 8 de agosto a las salas españolas, distribuido por Raabta Pictures.
Basado más que libremente en acontecimientos verídicos (su creador asegura que su idea central surgió hace una década, cuando conoció el caso de una pareja que, tras un largo debate sobre qué harían con una hipotética fortuna en caso de acertar la quiniela, terminó divorciándose, sólo para descubrir después que, efectivamente, habían ganado el premio), su argumento –escrito por el cineasta junto a Carlos Soria– muestra a los cuarentones, amigos y residentes en Gran Canaria Chino (interpretado por Paco León) y Josu (Raúl Tejón), quienes llevan intentando conseguir un pleno al quince desde que se conocieron en la universidad. Pero este fin de semana ya han acertado los 12 primeros resultados y, junto a sus parejas, Paula (Kimberley Tell) y Cris (Stéphanie Magnin), deciden seguir el final de la jornada en la casa de pueblo de la familia del primero. Además, a este plan se une David (Adam Jezierski), un compañero de trabajo de la última, recién divorciado.
Con esos cinco personajes (y alguno episódico, como un vecino curioso) se edifica una comedia de amigos reunidos y parejas conflictivas que se va inundando de claustrofobia, tensión y violencia según avanza su acción, que transcurre mayoritariamente en una sola localización: un chalet con jardín. Allí, a medida que la posibilidad de hacerse ricos de sus protagonistas va acercándose a la realidad a cada minuto (según se conocen los resultados de un partido de fútbol decisivo), los cinco se enfrentarán al lado oculto de sus relaciones y dejarán salir a quiénes son realmente, sin máscaras ni fachadas.
Al mismo tiempo, las pésimas decisiones –tomadas sin reflexionar– les harán vivir situaciones extremas y sobradamente desagradables, que dejan a la luz no solo al animal salvaje que se agazapa dentro de todo ser humano sino, lo que es mucho más desalentador, al estúpido irremediable que también se oculta en todos cuando se huele la posibilidad de amasar demasiado dinero, dinamitando cualquier atisbo de afecto, confianza y lealtad previos.
Así, mezclando humor, violencia y psicología, Uno equis dos enlaza –salvando las distancias– con algunos films de Roman Polanski (Un dios salvaje [+lee también:
tráiler
ficha de la película] especialmente), Los odiosos ocho, de Quentin Tarantino, o Perfectos desconocidos [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película], de Paolo Genovese, y sus remakes, pues también se radiografían aquí las relaciones de pareja y sus perversos mecanismos tóxicamente normalizados, tan extraños e incompresibles para quien los observa desde fuera.
Uno equis dos es una película de Garajonay Producciones (compañía que también se ocupa de sus ventas internacionales) y Buendía Estudios.
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