LOCARNO 2025 Fuera de competición
Crítica serie: Silencio
por Alfonso Rivera
- El universo extremo de Eduardo Casanova sigue creciendo con una tragicomedia queer y política sobre seres extraordinarios viviendo situaciones castradoras provocadas por los muy ordinarios humanos

La obra del actor, director y guionista Eduardo Casanova es todo menos fácil de encapsular. Poseedor de un lenguaje único, afilado y valiente, fue apadrinado por el siempre despierto Álex de la Iglesia en su debut en el largometraje Pieles [+lee también:
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entrevista: Eduardo Casanova
ficha de la película] (seleccionado en el Panorama de la Berlinale) y en su siguiente bomba La piedad [+lee también:
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ficha de la película] (premiada en la sección Proxima de Karlovy Vary), dos películas al borde del paroxismo y no aptas para aquellos que no sean capaces de desprenderse de prejuicios y mecanismos narrativos estándares. Luego llegó su documental Al margen, producido por su amigo Javi Prada, y ahora, la siguiente colaboración de este dúo: la miniserie tragicómica de tres capítulos, humor kamikaze y temática LGTBIQ+ Silencio [+lee también:
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ficha de la serie], que se presenta fuera de competición en el 78.º Festival de Locarno, y que dinamita con su osadía y descaro el tono general de un festival más sosegado a nivel de imagen, puesta en escena y narrativa.
En sus 56 intensos minutos la nueva criatura “casanoviana” ofrece más estímulos impactantes que el 99% del cine que se ve fuera y dentro de los certámenes cinematográficos. Sin ir más lejos, sus protagonistas son vampiras, chupasangres de epidermis ultra pálidas, personalidades tempestuosas y relaciones conflictivas entre ellas y con el resto de la humanidad. Estas hermanas, criaturas de la noche, se alimentan de hemoglobina, y ésta ha dejado de ser pura por culpa de dos pandemias: la peste negra y el sida.
Ante esta tesitura, ¿qué pueden hacer estos seres eternos? Guardar, como dice el título, silencio sobre sus apetencias… de todo tipo. Así de simple y a la vez complejo es el guion –perpetrado por el propio Casanova– de esta serie adornada con esos tonos rosáceos, marca de la casa, que ya contemplamos en sus anteriores obras y en la que ha sometido a un grupo de actrices –también algo habitual en su filmografía– a un barroco proceso de maquillaje, peluquería y vestuario para convertirlas en animales sedientos: ellas son Ana Polvorosa (actriz fetiche del cineasta), Leticia Dolera, Mariola Fuentes, Carolina Rubio y Lucía Díez; y sin tanto artificio encima María León y la única presencia masculina, Omar Ayuso (subiéndose de nuevo a propuestas alternativas tras la road movie ultra indie On the Go [+lee también:
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entrevista: María Gisèle Royo, Julia d…
ficha de la película]).
Mezclando el humor irreverente con el drama sentimental y la crítica política, Silencio (que también mostrará sus colmillos en el Festival de Sitges) noquea al espectador incluso si está predispuesto (o no) a ser noqueado. Sus imágenes arrebatadas –que pueden recordar a las diferentes versiones de Nosferatu, al Drácula, de Bram Stoker o a Entrevista con el vampiro–, sus diálogos delirantes y sus interpretaciones histriónicas no están dispuestas a ser doblegadas ni encasilladas, son rebeldía pura, como sus personajes: seres fuera de lo estándar y lo socialmente admitido que gritan a los cuatro vientos que, a pesar de la condena social, la pasión no se puede acallar.
Silencio es una producción de Gamera Films, Apoyo Positivo y el propio Eduardo Casanova.
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