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LOCARNO 2025 Competición

Crítica: White Snail

por 

- Elsa Kremser y Levin Peter combinan un relato sobre la intimidad con imágenes potentes y atmosféricas al retratar el inesperado vínculo entre una modelo y un trabajador de una funeraria en Bielorrusia

Crítica: White Snail
Marya Imbro en White Snail

Masha (Marya Imbro) y Misha (Mikhail Senkov) son una pareja extremadamente inusual, además de tener nombres complementarios. Ella es aspirante a modelo y sueña con desarrollar una carrera en China. Él trabaja por las noches en una morgue, pero está obsesionado con la pintura y llena su casa con sus propias obras (las pinturas que aparecen en la película son creaciones reales de Senkov). Basada en dos historias reales interpretadas por las mismas personas que las vivieron, White Snail [+lee también:
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ficha de la película
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es un poderoso ejemplo de la acertada combinación entre una gran idea argumental y cualidades cinematográficas atractivas. La película, escrita y dirigida por Elsa Kremser y Levin Peter, actualmente en la competición principal de Locarno, también tiene otro as en la manga: está ambientada en Bielorrusia, un país que funciona como un personaje en sí mismo, intensificando la sensación de soledad y aislamiento que sienten los dos protagonistas.

Gracias al impresionante uso de la luz y al elegante trabajo del director de fotografía Mikhail Khursevich, White Snail presume de un apartado visual capaz de cautivar al público con facilidad, a pesar de carecer de un estilo verdaderamente singular. De hecho, la peculiar historia, unida a interpretaciones extremadamente realistas, se combina con un tono melancólico y con planos que enfatizan la presencia física de los cuerpos, tanto vivos como muertos. Misha y Masha resultan memorables por su aspecto y su físico, mientras que la presencia recurrente de caracoles (las mascotas de Masha) aporta a la película un aire distintivo.

El elemento más interesante del guion es la forma sutil, pero extremadamente eficaz, en la que los dos personajes se encuentran y comparten una parte de sus vidas. El hecho de que el relato no derive en una historia de amor trivial (lo que habría debilitado el impacto de estos dos personajes como individuos) demuestra ser una elección acertada y realza su atractivo para el público. Las interpretaciones de Imbro y Senkov son profundamente auténticas, ya que recrean sus propias historias, y resultan convincentes, como si hubieran pasado toda una vida delante de la cámara. Los directores añaden la dosis justa de ficción a estos dos personajes, perfectos para la pantalla y que solo necesitaban unas manos capaces para dirigirlos.

El montaje de Stephan Bechinger favorece el flujo de la narración mediante el uso de una mirada paralela sobre las vidas de los protagonistas, que enlaza de forma fluida las escenas, en las que Misha y Masha tienen una presencia plenamente desarrollada, mientras que la de otros personajes (como el padre de Masha al teléfono o sus amigas modelos) es mínima. La única presencia física realmente fuerte que los acompaña está representada por los cadáveres que pueblan la morgue. La pareja estrecha lazos durante las noches de insomnio que pasan juntos, en las que Misha le muestra a Masha cómo se gana la vida y ella le cuenta su intento de suicidio, que la llevó a interesarse por la delgada línea entre la vida y la muerte. En definitiva, el equilibrio entre los elementos técnicos y el fuerte componente emocional de la historia consigue que la película destaque.

White Snail es una producción de las austriacas Panama Film y Raumzeitfilm, coproducida por la alemana ma.ja.de. Fiction. Intramovies se encarga de las ventas internacionales.

(Traducción del inglés)

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