Crítica: The Birthday Party
por Savina Petkova
- El español Miguel Ángel Jiménez dirige una curiosidad sobre una fiesta de cumpleaños liderada por Willem Dafoe y basada en la novela del griego Panos Karnezis

Langostas, champán y una suntuosa tarta de cumpleaños componen el escenario de The Birthday Party, la nueva película del director español Miguel Ángel Jiménez, que se ha estrenado a nivel mundial como parte de la selección de la Piazza Grande de Locarno. El magnate naviero Marcos Timoleon (Willem Dafoe) comienza la mañana estirándose desnudo y tomando un vaso de whisky solo, dando así la bienvenida a un día muy especial: el 25.º cumpleaños de su hija. Entre tal opulencia y los invitados que comienzan a llegar en barco a su isla privada —griega—, el público ya se espera lo peor de estas personas y, muy pronto en la película, se ve que Marcos tiene dos lenguajes: la conspiración y la manipulación.
The Birthday Party está basada en la novela homónima del escritor griego Panos Karnezis (2007), que ofrecía una visión mucho más detallada de la vida de Timoleon y de su ascenso a la prominencia mediante flashbacks que sacaban al lector del presente narrativo. La película también transcurre durante un solo día de verano en 1975, pero a diferencia de la obra original, consigue entretejer de forma orgánica gran parte de ese pasado en los diálogos. Desde comentarios aparentemente banales hasta breves monólogos, el guion (coescrito por Jiménez, Giorgos Karnavas y Nicos Panagiotopoulos) incluye los suficientes retazos del pasado como para dibujar a Timoleon como un hombre despiadado y dominado por sus anhelos; quizá incluso un idealista convencido de que puede comprar y controlar a las personas, así como forzarlas a quererle.
De hecho, esa es la verdadera razón por la que organiza la fiesta, para asegurarse de poder presidir el futuro de su hija Sofia (Vic Carmen Sonne). En segundo plano, Sofia ha iniciado una relación amorosa con un periodista británico (Joe Cole) y planea utilizar el fruto de esa unión como moneda de cambio para negociar su libertad. Si despojamos a la película de su fastuosa decoración (obra de la directora artística Myrte Beltman, responsable también del diseño de Sweet Dreams [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Ena Sendijarević
ficha de la película]), The Birthday Party es, en esencia, una historia sobre los lazos envenenados que nacen de la sangre y del dinero, encarnados en la figura del protagonista. Dafoe no puede estar más brillante en el papel del envejecido magnate Timoleon (que evoca sin duda a Aristóteles Onassis), y lo logra a base de aportar una fisicidad áspera gracias a su desnudez, sus estallidos de furia y una escena deslumbrante en la que baila Zeibekiko, una danza griega improvisada que solo interpreta un hombre. Sin esa dimensión corporal, el personaje de Timoleon se reduciría al de un hombre intrigante, inseguro pese a sus riquezas. Del mismo modo, Vic Carmen Sonne brilla como la desafiante Sofia: su voz con textura, ligeramente ronca, funciona como un contrapeso magnífico frente a la de Dafoe, convirtiéndolos en un dúo padre-hija de enorme fuerza en los detalles más íntimos.
Miguel Ángel Jiménez es un director español de pura cepa, pero sus largometrajes son un ejemplo perfecto de lo que hoy entendemos por “cine europeo”. El reparto es multinacional, al igual que los personajes; se mantienen sus acentos, que aluden a pasados que el público nunca llegará a conocer del todo, pues todos son hombres y mujeres de mundo, incluidos los espías, las criadas o los guardaespaldas. En el plano estilístico, The Birthday Party está concebida con un aire kitsch en el mejor de los sentidos —con la aparición incluida de un unicornio en un momento crucial—, pero sin perder su vocación integradora. Si bien es cierto que, en ciertos momentos, la película experimenta dificultades a la hora de alternar entre lo micro y lo macro, no cabe duda de que deja la huella de una imaginación sumamente poderosa en acción: un sueño febril paneuropeo, con Willem Dafoe como invitado de honor.
The Birthday Party ha sido producida por Heretic (Grecia), en coproducción con Fasten Films (España), Lemming Film (Países Bajos) y Raucous Pictures (Reino Unido). Las ventas internacionales de la película corren a cargo de Heretic y Bankside Films.
(Traducción del inglés)
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