Crítica: Le bambine
por Muriel Del Don
- El primer largo de Valentina y Nicole Bertani es una oda punk y queer a los años 90, y un retrato de un grupo de niñas que deciden contar su propia historia y dictar sus propias reglas

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ficha de la película], el primer largometraje de las hermanas Valentina y Nicole Bertani, que ha sido seleccionado en la competición oficial del Festival de Locarno, nos transporta al corazón del torbellino que fueron los 90, un momento histórico lleno de paradojas y paranoias, pero también de libertad y reivindicaciones feministas al son de las Riot grrrls. A través de Le bambine, Valentina y Nicole Bertani nos cuentan una historia muy personal sobre su infancia, un momento suspendido en el tiempo en el que se construían e imaginaban a sí mismas más allá de las imposiciones de una sociedad creada por y para (hombres) adultos.
Esta conmovedora y estimulante película nos brinda un relato feroz de una época en la que las protagonistas descubren tanto el mundo que las rodea como su propia identidad, y parece encarnar el lema feminista “lo personal es político”. Las irreverentes, liberadas y rebeldes protagonistas de la primera película de las hermanas Bertani se convierten en pequeñas reinas asesinas de un mundo en el que cualquier tipo de binarismo se derriba sin pensarlo dos veces. Estas niñas son dueñas de su propio destino y no tienen la menor intención de doblegarse a las normas de una sociedad heteropatriarcal que las quiere convertir en mujeres obedientes y bien educadas, dispuestas a satisfacer y complacer la mirada masculina. “Las princesas dan asco”, insiste Linda, en un arrebato que surge de lo más profundo y se convierte en un grito de rebelión contra lo que debería ser una “mujer”.
Le bambine está ambientada en 1997, en un barrio de clase media poblado por personajes estrafalarios que intentan adaptarse a un mundo que parece estar a punto de implosionar. Linda (Mia Ferricelli), de ocho años, deja la villa de su abuela rica en Suiza y se muda a Italia con su madre, Eva (Clara Tramontano). Allí conoce a sus dos cómplices, Azzurra (Agnese Scazza) y Marta (Petra Scheggia), con quienes pronto forma un trío inseparable dispuesto a todo para escribir su propia historia sin las imposiciones de un mundo adulto en decadencia. Sus padres, y los demás adultos que aparecen en la película, son egoístas, despiadados y chismosos, pero también extremadamente frágiles, aferrados a sueños rotos que aun así insisten en seguir. Quien se ocupa de cuidar a las tres protagonistas es una entrañable niñera queer llamada Carletto (interpretada magníficamente por Milutin Dapčević). En un mundo paralelo que ha construido para sobrevivir y luchar contra una sociedad homófoba que la considera persona non grata, Carletto sueña con ser Lady Di o el nuevo amante de Gianni Versace. Marta, Azzurra y Linda la adoptan inmediatamente como su guía hacia un mundo paralelo fluido que tolera la diferencia, entendida como una fortaleza en lugar de una debilidad. “Solo puedes ser guapa si eres rara”, le dice Linda a Azzurra refiriéndose a los gemelos que aparecen en la película. Es una frase implacable, una bomba atómica que convierte la rareza en un arma de destrucción masiva.
Además de ser una conmovedora y sobrecogedora oda al concepto queer (el apasionado beso entre Carletto y su amante pasará a la historia), Le bambine también explora con valentía y humanidad la infancia y las adicciones, dos temas que nuestra sociedad se niega a relacionar. La adicción de Eva a las drogas y las sustancias que se consumen durante interminables noches en discotecas son parte integral de la historia y de las vidas de las jóvenes protagonistas, que observan con curiosidad y miedo cómo los adultos que les rodean se desmoronan. La valiente decisión de explorar la infancia y la fragilidad de los adultos sin recurrir a estereotipos recuerda a obras como Bienvenidos a la casa de muñecas, de Todd Solondz, o Gummo, de Harmony Korine. En definitiva, Le bambine es una película poderosa, conmovedora y valiente sobre la diferencia, así como una oda punk y feminista a la fluidez de la existencia.
Le bambine es una producción de Emma Film (Italia) en coproducción con Cinédokké (Suiza) y Manny Films (Francia). Las ventas internacionales de la película corren a cargo de Intramovies.
(Traducción del italiano)
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