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VENECIA 2025 Competición

Crítica: Orphan

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- VENECIA 2025: La nueva película de László Nemes, de gran potencia visual pero narrativa irregular, habla de familias fracturadas y una nación herida

Crítica: Orphan
Bojtorján Barábas (izquierda) y Grégory Gadebois en Orphan

El esperado regreso de László Nemes a la Mostra de Venecia ha generado, como no podía ser de otra manera, grandes expectativas. Tras el reconocimiento obtenido con El hijo de Saúl [+lee también:
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, el director húngaro llega a la competición con Orphan [+lee también:
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, un drama de época que indaga en las cicatrices de la Budapest posterior al levantamiento. Si bien el largometraje demuestra una vez más el dominio del director nacido en Budapest sobre la atmósfera y su ojo para los detalles históricos, sus problemas de ritmo y su narrativa desigual le impiden alcanzar la misma intensidad que sus obras anteriores.

La película, ambientada en 1957, poco después de la fallida revuelta de Hungría contra el dominio soviético, gira en torno a Andor (el joven Bojtorján Barábas), un niño judío criado por su madre (Andrea Waskovics) a base de relatos idealizados sobre un padre heroico que murió demasiado pronto. Cuando un violento desconocido irrumpe de repente en su vida, afirmando ser el verdadero padre bajo la identidad de un carnicero llamado Berend (interpretado por el imponente Grégory Gadebois), el frágil mundo de Andor se desmorona. Así, se desarrolla una historia de paso a la adultez a la sombra de una nación herida, que intenta equilibrar el trauma privado con el contexto más amplio de la represión política.

La reconstrucción de la Hungría de los años 50 constituye sin duda el mayor logro del largometraje. El diseñador de producción Márton Ágh y la diseñadora de vestuario Andrea Flesch aportan credibilidad a todos y cada uno de los planos; su minucioso trabajo sumerge al espectador en un entorno que se siente tanto auténtico como opresivo. Los interiores apagados, las calles desangeladas y el vestuario cuidadosamente confeccionado transmiten la impresión de un país que lucha por recuperar el equilibrio tras la revuelta y bajo el endurecimiento del control soviético.

Del mismo modo, la fotografía de Mátyás Erdély, aunque a veces excesiva en su uso de tonos amarillentos —que hacen que las secuencias diurnas parezcan una interminable tarde de verano—, impresiona por su precisión. Su cámara logra equilibrar la intimidad con una mirada más amplia, captando así tanto los interiores claustrofóbicos de la vida familiar como el fresco más general de una ciudad en una encrucijada.

El debutante Bojtorján Barábas, cuya interpretación de Andor aporta gran parte del peso emocional que a veces falta en el guion, constituye indudablemente la piedra angular de la película. Su actuación, cargada de fragilidad, rabia y vitalidad juvenil, sostiene la narración y compensa los momentos en los que el guion flaquea. El reparto coral desempeña un trabajo sólido, aunque los personajes que encarnan no siempre disponen del espacio narrativo suficiente para calar del todo.

El guion, firmado por Nemes junto con Clara Royer, tropieza sobre todo en términos de ritmo. La primera mitad se ve lastrada por un arranque lento, con una tensión que apenas encuentra respiro. Durante largos tramos, el espectador tiene la sensación de que algo crucial está a punto de estallar, pero cuando los giros llegan, lo hacen de manera demasiado suave o se resuelven con excesiva rapidez. Paradójicamente, el último tercio resulta precipitado, puesto que presenta acontecimientos que habrían necesitado mayor espacio de una forma demasiado apresurada.

La banda sonora de Evgueni y Sacha Galperine cumple su función, pero se limita a acompañar el drama sin aportar un sello distintivo, por lo que no llega a dejar huella.

En definitiva, los 132 minutos de metraje de Orphan no terminan de dar fruto. El trasfondo histórico y el trabajo artesanal resultan mucho más convincentes que la propia trama, que se apoya en una imagen final demasiado didáctica y obvia. Lo que permanece no es tanto el viaje emocional de Andor y su familia fracturada, sino el retrato de una Hungría atrapada en la desesperación posterior a la revolución. Para Nemes, Orphan confirma su maestría en la creación de atmósferas y la puesta en escena, pero nos deja a la espera de una trama a la altura de sus ambiciones.

Orphan ha sido producida por la húngara Pioneer Pictures, la británica Good Chaos, la chipriota Mid-March Media y la alemana Twenty Twenty Vision. Las ventas internacioanles de la película corren a cargo de la polaca New Europe Film Sales.

(Traducción del inglés)


Galería de fotos 28/08/2025: Venice 2025 - Orphan

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László Nemes, Bojtorján Barabás, Andrea Waskovics, Gregory Gadebois, Eliz Szabó, Sándor Soma
© 2025 Fabrizio de Gennaro for Cineuropa - fadege.it, @fadege.it

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