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VENECIA 2025 Competición

Crítica: À pied d’œuvre

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- VENECIA 2025: Valérie Donzelli se sumerge hasta unas profundidades sorprendentes en la vocación del escritor, al que Bastien Bouillon da vida con gran excelencia

Crítica: À pied d’œuvre
Bastien Bouillon en À pied d’œuvre

Valérie Donzelli actualiza el clásico concepto del “voto de pobreza” del artista en la era de la economía colaborativa en À pied [+lee también:
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, un sobrio estudio de personajes que finalmente resulta esperanzador. Basada en la novela homónima de 2023 de Franck Courtés, estamos ante otra película sobre un escritor que trata de desmantelar su ego cuando en realidad sigue siendo esclavo de él (algo que hemos visto prácticamente en todas las cinematografías nacionales). Sin embargo, en este caso la directora vincula esa dinámica a las vidas tecnológicamente fragmentadas que llevamos hoy en día, gobernadas por algoritmos todopoderosos. La película se estrenó en la competición principal del Festival de Venecia, lo que supone la primera vez que la cineasta francesa ganadora del César participa en el festival.

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À pied d’œuvre es una película que entiende que ser artista no solo tiene que ver con el trabajo creativo final, sino también con una actitud de oposición al mundo, una negativa a conformarse con las formas típicas de ganarse la vida y con la búsqueda de la realización personal. Paul Marquet (interpretado por Bastien Bouillon, que brilla en cada papel que interpreta) abandona un trabajo cómodo como fotógrafo comercial por el objetivo más arriesgado de perseguir la fama literaria. Tras publicar tres libros apreciados pero poco exitosos en ventas, Marquet debe mudarse de la casa que compartía con su exmujer (la propia Donzelli, en un pequeño papel) y ganarse la vida de alguna manera. Sin embargo, de manera un tanto quijotesca, no busca un trabajo relacionado con sus reconocidas habilidades creativas, ya sea en la escritura o en la fotografía.

Decide instalar en su teléfono la aplicación “Jobbing” (aparentemente ficticia), con la que encuentra trabajos manuales esporádicos, con la esperanza de que el tiempo libre le permita dedicarse a escribir. Sin darse cuenta, esto se convierte en la única realidad de Paul, en lugar de cumplir la ingenua expectativa de poder reconstruir su vida en un pequeño sótano y realizar tareas sin “pensar” antes de hallar la agilidad mental necesaria para escribir bien, si es que el tiempo lo permite por las tardes. Además, se acabó lo de tener horarios consistentes, cuando las notificaciones nunca llegan al teléfono y quienes le contratan lo valoran negativamente por tareas de las que apenas le informaron un momento antes.

Con frases extraídas del libro de Courtés reutilizadas como voz en off, la película deja en evidencia que esta historia quizá funciona mejor en la prosa que en las imágenes. Esos destellos de elocuencia literaria hacen que la vida interior de Paul parezca gris y vacía en comparación, rasgos poco convincentes en un escritor de autoficción, cuando los momentos más cotidianos suelen estar cargados de intuición. El padre de Paul (André Marcon), un hombre directo y duro, casi lo acusa de “fracasar” incluso en ser pobre, dada su falta de aptitud para el trabajo manual. Así, la pequeña aventura de pobreza del escritor (acompañada por una banda sonora extradiegética compuesta por delicada música de piano) puede parecer que resta importancia a ese trabajo para quienes dependen exclusivamente de él.

Sin embargo, como Donzelli demostró en su última película, L'Amour et les forêts [+lee también:
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, la cineasta destaca por una dramaturgia que nos incomoda: sus protagonistas luchan con sus propios límites psicológicos, derribando las barreras emocionales. Resulta perturbador ver a Paul vaciar depresivamente su sentido del yo, cuando las posibilidades de aprovechar eso para su escritura parecen cada vez más remotas. Sin embargo, cuando Alice (Virginie Ledoyen), su leal editora en Gallimard, lee por fin su relato de estos meses desgarradores, entendemos la satisfacción única que proporciona la escritura cuando expresa una verdad emocional auténtica, como ocurre con Paul. Como dice el refrán, escribir es fácil: solo tienes que sentarte ante tu escritorio y sangrar.

À pied d’œuvre es una producción de la francesa Pitchipoï Productions, coproducida por France 2 Cinéma. Kinology se encarga de las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés)


Galería de fotos 29/08/2025: Venice 2025 - At Work

11 fotos disponibles. Desliza hacia la izquierda o la derecha para verlas todas.

Valérie Donzelli, Bastien Bouillon, André Marcon, Virginie Ledoyen
© 2025 Fabrizio de Gennaro for Cineuropa - fadege.it, @fadege.it

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