SAN SEBASTIÁN 2025 Competición
Crítica: Couture
por Olivia Popp
- Alice Winocour encuentra humanidad en la alta costura en su nuevo largometraje, con Angelina Jolie en el papel de una directora ahogada entre los tejidos de su vida personal y profesional

La Semana de la Moda de París es el lugar en el que se forjan los sueños, se destrozan los ánimos y se construyen las carreras, o al menos eso es lo que se dice en el mundo de la alta costura. Pero con su nueva película, cuyo acertado título no es otro que Couture [+lee también:
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ficha de la película], la guionista y directora Alice Winocour se adentra —literal y metafóricamente— entre bastidores para explorar las aspiraciones de tres mujeres atrapadas en el mismo espacio y momento, y lo hace de una forma mucho más cercana de lo que cabría esperar. La película, que se ha estrenado a nivel mundial en la sección Special Presentations del Festival de Toronto, llega ahora a la competición oficial de San Sebastián, donde aspira a la Concha de Oro. Winocour convierte de nuevo la capital francesa en coprotagonista, como ya hiciera en Memorias de París [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Alice Winocour
ficha de la película] (2022), pero esta vez a través de las vidas y miradas de estas mujeres, totalmente distintas en sus trayectorias vitales, pero unidas por su pasión y su deseo de aportar algo bueno a quienes las rodean.
Con el título original de la película en francés (la palabra coutures, en plural, significa “costuras”), la cineasta lleva la metáfora de la aguja y el hilo al límite, pero con acierto, ya que teje un conmovedor mosaico en medio del entorno frenético y agitado de la Semana de la Moda de París. No obstante, el evento se emplea únicamente como escenario para presentar a su elenco transnacional de personajes. La directora estadounidense Maxine Walker (Jolie, en un papel parcialmente en francés) prepara un cortometraje para la semana de la moda con Ada (Anyier Anei), una estudiante de farmacia de Sudán del Sur de 18 años que se ha convertido en modelo y que, a su vez, es atendida por la maquilladora Angèle (Ella Rumpf), una mujer amable pero con exceso de trabajo. Angèle, que cubre los cortes y moratones de las modelos desgastadas por la pasarela, sueña con reunir en un libro las innumerables historias personales que escucha desde su silla de maquillaje. La película, por naturaleza, desplaza a los hombres a un segundo plano, salvo Anton (Louis Garrel), el director de fotografía de Walker y su estrecho colaborador creativo, en quien ella descubre algo más en este momento tan difícil.
El personaje que interpreta Anei, de hecho, está bastante relacionado con la realidad, ya que en la vida real es una estudiante de farmacia de Sudán del Sur que vive en Nairobi y se sumerge en un mundo nuevo tras ser descubierta por Winocour. Ada descubre con sorpresa que, si bien la industria es naturalmente competitiva, también resulta ser enormemente solidaria, y encuentra una inesperada amiga en una modelo ucraniana que entiende perfectamente su experiencia de huir de un conflicto. En medio del caos de la vida profesional y de un divorcio en curso, el médico de Walker le comunica que padece cáncer de mama (un eco evidente de la historia familiar de Jolie y de su doble mastectomía preventiva), cuyo tratamiento la obligaría a alejarse de su preciado trabajo creativo.
Aunque algunas conversaciones cotidianas de la película resultan por momentos algo secas, Couture alcanza su máxima expresión en sus instantes más poéticos, en los que se convierte en un canal directo hacia lo íntimo y lo onírico. La reacción de Walker ante su diagnóstico pone de manifiesto cómo tendemos a dar más valor a la productividad que a lo que solemos considerar “prescindible”: la familia, los amigos o incluso la propia salud. Y aunque Winocour no subraya en ningún momento de manera explícita un mensaje biopolítico, sí muestra con insistencia cómo los cuerpos de las mujeres se desgastan o manipulan de diferentes formas y, en contrapartida, cómo otras mujeres sirven de conducto para la reparación o la autorreparación.
Lejos de lo que podría esperarse, la directora no pretende en ningún momento retratar la brutalidad pura y dura de la Semana de la Moda de París. Más bien, Couture adopta la forma de una exploración de la conexión más humana, en los momentos de vulnerabilidad emocional y física. Es cierto que este hilo temático podría haberse desarrollado con mayor profundidad en el plano visual, pero Winocour prefiere dejar fluir a sus personajes mientras nos guía hacia un desenlace casi fantástico.
Couture es una producción franco-estadounidense de CG Cinema, Closer Media y France 3 Cinéma. Hanway Films posee los derechos de venta internacional.
(Traducción del inglés)
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