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SAN SEBASTIÁN 2025 Competición

Crítica: Ungrateful Beings

por 

- En su quinta película, el director checo Olmo Omerzu parte de una premisa interesante, que se retuerce hasta el punto de provocar desinterés y rechazo por los protagonistas y sus destinos

Crítica: Ungrateful Beings
Antonín Chmela, Dexter Franc y Barry Ward en Ungrateful Beings

Ungrateful Beings, la película del director checo Olmo Omerzu que compite por la Concha de Oro en el 73.° Festival de San Sebastián, es la historia de una familia, la historia de una familia rota, concretamente. Y familias rotas hay muchas. Es habitual que un padre recién separado se vaya de vacaciones con sus dos hijos. Seguro que tampoco es extraño que ese padre envíe insistentemente mensajes a su ex para contarle lo bien que se lo están pasando y lo idílico que es todo. Desgraciadamente, tampoco es raro que una adolescente sufra trastornos de alimentación. Quizás menos habitual es que lo utilice de forma manipuladora para manejar emocionalmente a los que tiene cerca y salirse con la suya. Pero, en fin, seguro que pasa. Lo de pillarse por un tipo malote también les pasa a muchas chicas, y la protagonista adolescente de esta película es una de esas muchas chicas. Todas estas premisas sientan las bases para un drama familiar que se augura interesante y que reclama nuestra atención. El problema surge cuando la trama nos lleva por vericuetos cada vez más enrevesados. Entre asesinatos, chantajes, suplantaciones de identidad entre padres e hijos, mentiras y enredos a cada cual más extravagante se van desarrollando los acontecimientos.

Seamos claros, ningún problema con lo extravagante. De hecho, las tramas retorcidas, con giros de guion sorprendentes que plantean cuestiones morales peliagudas y arriesgadas pueden dar lugar a películas excelentes. Ocurre que cuando los personajes que encarnan estas historias están desdibujados, cuando la película no acierta a encontrar el tono para contar lo que quiere contar y cuando las sorpresas rocambolescas parecen tener como objetivo principal epatar al espectador más que ofrecer complejidad y profundidad a lo narrado, nos acercamos peligrosamente al fallo. Y, lamentablemente, todos estos factores se dan en Ungrateful Beings. La película no deja de verse con interés durante sus casi dos horas de duración. Pero el interés recae en la curiosidad por ver cuál va a ser la próxima decisión inmadura que van a tomar los personajes para complicarse aún más la vida, y no en una verdadera conexión emocional con los protagonistas y sus atribulados destinos.

Es verdad que la película suelta alguna idea interesante sobre la naturaleza de los vínculos entre padres e hijos, o sobre como la mentira y el engaño sirven a veces para mantener vivas relaciones abocadas al fracaso. Pero, con todo, se echan en falta capas de profundidad, matices que nos ayuden a entender por qué los personajes actúan como lo hacen y empatizar de verdad con sus dramas y sus motivaciones. Al final parece que esta es una historia de unos padres (Barry Ward y Barbora Bobulová) dispuestos a casi cualquier cosa por proteger a su hija (Dexter Franc) y salvar su vida. Es una pena que asistamos a este empeño anonadados ante el cúmulo de despropósitos que estas personas son capaces de llevar a cabo y sin poder sentir demasiadas cosas positivas por ellos y su forma de enfrentar la vida.

Ungrateful Beings es una producción de Endorfilm (República Checa) en colaboración con Cvinger Fims (Eslovenia), Lava Films (Polonia), Punkchart Films (Eslovaquia), Kinorama (Croacia), Lonely Production (República Checa), Melocoton Films (Francia), RTV Slovenija y Czech Television. La agencia Cercamon, con sede en Dubai, se encarga de las ventas internacionales.

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