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ZÚRICH 2025

Crítica: Le Chant des Forêts

por 

- El fotógrafo de la naturaleza francés Vincent Munier firma su segundo documental centrándose en la conexión de su propia familia con la región de los Vosgos en el este de Francia

Crítica: Le Chant des Forêts

El aclamado fotógrafo de naturaleza Vincent Munier regresa ahora con su segundo documental, Le Chant des forêts, que le trae de vuelta a la región en la que creció: los bosques y las montañas de los Vosgos del este de Francia. En particular, ganó el codiciado premio a Fotógrafo de vida salvaje del año, otorgado por el Museo de Historia Natural de Londres (considerado por muchos el museo de este tipo más prestigioso del mundo), en los años 2000, 2001 y 2002, siendo la única persona en ganarlo tres veces de forma consecutiva. En el mundo del cine, a Munier se le conoce mejor por codirigir El leopardo de las nieves [+lee también:
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, un documental sobre un leopardo de las nieves tibetano con el que consiguió el César a Mejor película documental. Le Chant des forêts se acaba de estrenar mundialmente a competición en la categoría de película documental en el Festival de Zúrich de este año.

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Munier desarrolla su trabajo visual en el Ártico y en los ecosistemas nevados, así que no es de extrañar que los blancos paisajes de su nueva película sean en los que más destaca; dichas imágenes casi constituyen una inversión de las crudas imágenes iniciales y finales de la niebla flotando entre los oscuros pinos. Al mismo tiempo que se le conoce por sus años documentando a leopardos de las nieves, a Munier también se le conoce por su trabajo fotografiando a los lobos árticos. Esta vez, emplea la estructura de una historia multigeneracional, la de él mismo, su padre Michael y su hijo de 12 años Simon, para generar un punto de toma de tierra y una narrativa muy ligera mientras buscan al escurridizo urogallo, más conocido como gallo silvestre. El director, que es uno de los cuatro directores de fotografía, graba escenas a la luz de las velas de ellos tres en una cabaña de los Vosgos, poniendo el foco en su padre contando historias a su hijo y, además, explicándole los secretos del bosque.

Está claro que Munier quiere que la película actúe como un foro a través del cual mostrar su impresionante metraje, y con razón, ya que las imágenes realmente captan a los animales como solo un ojo de un fotógrafo podría hacerlo. Pasa de momentos majestuosos a graciosos en pocos instantes, algunas veces se anticipa a las salidas de las casas de los pájaros, llegando a capturar nada menos que tres especies diferentes de animales (dos pájaros y un roedor), que habían convertido un tronco de árbol en su hogar.

Más allá de paisajes sonoros estratificados a la perfección, Munier también hace una elección particular subiendo mucho el volumen en momentos concretos. Al hacerlo, deriva nuestra atención hacia el auténtico poder y la característica distintiva de la voz de cada animal: el gruñido de un ciervo, el estridente graznido de las grullas o el chasquido metronómico del urogallo, por nombrar unos cuantos. La película también se beneficia de la admiración y el asombro instintivos del espectador por las criaturas del bosque, quizás aplica una dosis de su propia curiosidad antropomórfica, sobre todo, por los pájaros pequeños, y más concretamente por los búhos, que aparecen a lo largo de la película.

Si leemos más allá de la película sobre Munier, descubrimos que su padre y otros miembros de su familia han trabajado, y siguen trabajando, para proteger los Vosgos destacando su profunda conexión con los locales. Sin embargo, en su intento de preservar un cierto minimalismo en la película, nos perdemos mucho de este importante contexto necesario para captar nuestro interés en estos personajes, que se quedan como esbozos a lo largo de los 90 minutos, aunque afortunadamente, las conversaciones nunca parecen artificiales. De esta forma, al final de Le Chant des forêts, nos preguntamos si habría un formato más adecuado para estas preciosas imágenes que un largometraje, a pesar de sus visuales totalmente cautivadores.

Le Chant des forêts es una producción francesa de Paprika Films y Kobalann Productions, con The Bureau Sales al mando de las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés por Paula Gomis Montiel)

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