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ROMA 2025

Crítica: Cinque secondi

por 

- En la nueva cinta de Paolo Virzì, un drama familiar interpretado con sensibilidad por Valerio Mastandrea, un padre busca la redención al encontrarse frente a un dilema moral

Crítica: Cinque secondi
Valerio Mastandrea y Valeria Bruni Tedeschi en Cinque secondi

La responsabilidad, la culpa y la redención, seguidas de un matizado dilema moral, constituyen el tema central de la nueva película de Paolo Virzì, Cinque secondi [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, presentada en la sección Grand Public de la 20.ª edición de la Fiesta del Cine de Roma. El drama familiar comienza en la campiña toscana, donde un abogado, al frente de un importante bufete de Roma, se ha retirado a vivir en soledad, sombrío huésped de los establos restaurados de una villa deshabitada y en ruinas, situada a escasos metros, en medio de un viñedo abandonado. Adriano (interpretado por un Valerio Mastandrea de barba descuidada y modales bruscos) tiene un motivo bastante contundente para huir del mundo de esta forma, y no es otro que el juicio por homicidio involuntario agravado de su hija de diecisiete años, Elena. La única persona a la que Adriano abre la puerta es a su colega y socia Giuliana, a quien la excelente interpretación de Valeria Bruni Tedeschi otorga una alegría ostentosa que enmascara el dolor. La abogada, que siempre ha estado enamorada de Adriano, le convence para asistir a la vista judicial y defenderse de esta terrible acusación formulada por su exmujer, Letizia (Ilaria Spada).

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Mientras Adriano espera la cita con el tribunal, la calma de su refugio se ve alterada por la llegada de un grupo de jóvenes encabezados por Matilde (la actriz francesa Galatea Bellugi), que de niña trabajaba en la viña junto a su abuelo, el conde Guelfo Guelfi. La intención de la idealista condesa es revivir esas valiosas cepas resecas con la ayuda de amigos expertos y compartir el vino “con la gente del lugar”. La hostilidad inicial de Adriano se transforma en curiosidad y, finalmente, en una ternura paterna —a destiempo— cuando el protagonista descubre que Matilde está embarazada.

Durante la vista judicial, y a través de varios flashbacks, descubrimos que Elena padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y que, durante un fin de semana en que estaba al cuidado de su padre, sufrió un accidente en el lago. Adriano es acusado de negligencia y falta de precaución hacia su hija, que se desplazaba en silla de ruedas. La fotografía de Luca Bigazzi realza la luminosidad bucólica de la campiña, que refleja la libertad de la joven condesa respecto a toda convención social y moral (aleja al joven padre del niño porque “quería formar una familia, ¡qué asco!”). Esa luz nítida se filtra en la oscuridad de la “madriguera” donde Adriano está encerrado —también en sentido metafórico—, ligado a un entorno familiar en el que los hijos “especiales” necesitan padres igualmente especiales que no estén absortos en la carrera hacia sus propios triunfos profesionales. “Ni esta tragedia ha sido capaz de doblegar tu orgullo…”, comenta su esposa en el tribunal.

El guion, firmado por el fiel Francesco Bruni junto al director y su hermano Carlo Virzì, no renuncia a ciertas pinceladas de humor que atraviesan el drama y resultan perfectamente reconocibles en la elección de un actor cuya mayor virtud es encarnar los sentimientos humanos con autenticidad y desenfado. El afecto de Adriano hacia la joven, que se prepara para dar vida a un nuevo ser, se convierte en un apego obsesivo, revelando con excesiva transparencia un deseo desgarrador de expiar su culpa. En sus últimos minutos, la película plantea una cuestión moral —los “cinco segundos” a los que alude el título— que deja sin respuesta, invitando al espectador a reflexionar sobre el dilema de aceptar la muerte en casos de enfermedades terminales, el instinto de dejar ir, de acompañar la voluntad de quien ya no encuentra sentido en seguir viviendo.

El público apreciará la franqueza del protagonista ante su propio conflicto interior y las dificultades de las relaciones humanas y familiares en situaciones tan dramáticas, de modo que establecerá una estrecha conexión emocional con la historia. Algunos, sin embargo, podrán encontrar cierta falta de profundidad, especialmente en los personajes femeninos —y en su dolor—, sobre todo cuando se sugiere una posible responsabilidad de la madre “a distancia”, lo cual aligera el peso del estigma sobre el pater familias.

Cinque secondi ha sido producida por Greenboo Production e Indiana Production, en asociación con Vision Distribution y Motorino Amaranto, y en colaboración con Sky y Playtime, que se encarga de las ventas internacionales. La película se estrenará en los cines italianos el 30 de octubre de la mano de Vision Distribution.

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(Traducción del italiano)

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