Crítica serie: Yakarta
por Alfonso Rivera
- Diego San José y Elena Trapé afianzan su fructífero idilio creativo con una serie sobre perdedores y metas imposibles, a la que se suma el talento interpretativo de Javier Cámara

Hay (pocas) series osadas que se atreven a empezar de manera áspera, casi antipática, dispuestas a espantar al espectador impaciente, enganchado a los estímulos fáciles e instantáneos de las redes sociales y el algoritmo. Yakarta, creada por Diego San José, presentada entre las proyecciones especiales de la 70.ª Seminci y que estrena este 6 de noviembre la plataforma Movistar Plus+, exige al espectador paciencia, tiempo y constancia. Sus dos primeros capítulos son duros de ver, sus personajes no son precisamente guapos y empáticos, y lo que plantea y donde sucede la acción se aleja océanos de La isla de las tentaciones.
Pero a partir del magnífico episodio tres, con los roles centrales perfectamente presentados, estalla la mina camuflada y el cohete se eleva para no volver a descender, erigiéndose no sólo en una de las más originales series españolas de la temporada (los premios que recibirá se van a suceder durante los próximos meses), sino que además –y esto es lo mejor– confirma el fértil romance creativo entre San José y la directora Elena Trapé, que ya tuvo su primer retoño en Celeste [+lee también:
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entrevista: Diego San José
ficha de la serie], otra serie donde su protagonista nunca sería invitada a un desfile de moda.
Yakarta posee el título de un destino que nunca veremos en pantalla, pero simboliza ese estado utópico e ideal que anhelan alcanzar sus protagonistas, un objetivo difícil pero cuya ilusión en tocarlo les mantiene vivos. Su argumento gira en torno a Joserra (al que otorga melancolía y patetismo un entregado Javier Cámara), maduro exjugador olímpico de bádminton que estuvo en Barcelona 92 y da clases de educación física en un instituto público de Vallecas. Divorciado, binguero, cantante en un coro y padre de una chica con la que no mantiene mucha relación, cree descubrir el diamante que puede darle un giro a su vida: Mar (encarnada por Carla Quílez, aquel torbellino que ganó la Concha de Plata a la mejor interpretación en San Sebastián por La maternal [+lee también:
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entrevista: Pilar Palomero
ficha de la película]), una jugadora adolescente que podría ser el billete que le lleve a cumplir su sueño de competir en Yakarta, donde los exjugadores son considerados estrellas. Pero la capital de Indonesia está demasiado lejos, sobre todo para dos desconocidos como ellos, así que tendrán que aprender a soportarse para emprender un viaje plagado de pensiones roñosas, polideportivos en horas bajas y estaciones de servicio que pasa por las localidades de Totana, Ponferrada o Torrelavega.
De seis capítulos de 32 minutos de duración (uno ha sido dirigido por el propio Javier Cámara y otro por el también coguionista, junto al creador y Daniel Castro, Fernando Hierro-Delgado), ambientada pues en lugares desangelados, grises y poco fotogénicos, con una banda sonora firmada por el prestigioso Lucas Vidal y con unos secundarios (donde sobresale David Lorente) a la altura de los protagonistas, la serie aborda, con sobrado talento, mesura y sensibilidad, asuntos como la ambición por triunfar, las heridas no cerradas, el dolor interiorizado, las adicciones y la aceptación de la derrota a través de la odisea de esta pareja imposible de opuestos, donde quizás el adulto sea más niño (roto) que la jovencita.
Yakarta es una serie original Movistar Plus+, producida por 100 Balas, Buendía Estudios Canarias y The Mediapro Studio, que también se encarga de su distribución internacional.
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