Crítica: Greetings from Mars
- En su nueva película para el público joven, Sarah Winkenstette nos lleva de vacaciones de verano junto a un niño autista de diez años y sus hermanos

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ficha de la película] de Sarah Winkenstette, proyectada este año en la misma sección, aborda el tema principal del autismo con gran rigor. Más que un simple recurso utilizado para generar situaciones cómicas o dramáticas alrededor del joven protagonista, es una parte esencial de su personalidad. A juzgar por su paso por festivales hasta ahora, un largo recorrido en el que se ha llevado un par de premios, este enfoque ha merecido la pena.
Nuestro protagonista, Tom (Theo Kretschmer) de 10 años, vive en un hogar monoparental junto a sus dos hermanos. Debido a la reciente pérdida de su padre, su madre Vera (Eva Löbau, actriz que apareció recientemente en Sala [+lee también:
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ficha de la película]) no tiene más remedio que irse durante cuatro semanas a China por un viaje de negocios. Para Tom y sus hermanos, el atrevido Elmar (Anton Noltensmeter) y la adolescente Nina (Lili Lacher, a quien pudimos ver en Ivo [+lee también:
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ficha de la película], seleccionada en la Berlinale el año pasado), esto significa que deberán pasar parte de las vacaciones de verano con sus abuelos paternos, Horst (Michael Wittenborn, actor de carácter que aparece en Toni Erdmann [+lee también:
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ficha de la película]) y Hanna (Hedi Kriegeskotte, mayormente activa en televisión), que todavía están asimilando la muerte de su hijo.
El sueño de Tom, al que le encanta la exploración espacial, es convertirse en astronauta y visitar Marte. Es capaz de soltar una avalancha de datos que se sabe de memoria sobre cualquiera que esté dispuesto a escucharlo, ya sea sobre este u otros temas. Sin embargo, tiene problemas con los desafíos que se le presentan en el día a día, como ver el color rojo, los ruidos altos o tener que soportar contacto físico no deseado por parte de alguien que no sea su madre. Para Tom, quedarse en casa de sus abuelos hippies, donde no existen las reglas y la puerta principal es roja, es una misión de entrenamiento enfocada a su futura carrera como explorador espacial. Incluso se ha inventado el rol perfecto para sus hermanos dentro de la misión, mientras que el misterio que rodea la desaparición de un asteroide ocupa todos sus pensamientos. Como es de esperar, tendrá que enfrentarse a diferentes aventuras y nuevos retos…
A pesar de que desde el principio está bastante claro que Tom es diferente a sus hermanos neurotípicos, el diagnóstico no se menciona hasta el clímax del tercer acto. Esta decisión muestra cierta seriedad y respeto por el tema que Sebastian Grusnick y Thomas Möller abordan en su libro, y que Winkenstette trata de adaptar a la gran pantalla. La actuación auténtica, pero medida a la vez, de Theo Kretschmer contribuye a ello, mientras que el resto del reparto no tiene ningún problema en entablar relaciones y crear su propia química, tanto entre ellos como con el joven protagonista.
Sin embargo, algunas de las soluciones por las que opta Winkenstette no son nada del otro mundo, como el manejo manual de la cámara de Jacob Berger o la música poco sutil de André Feldhaus, que se vuelve abrumadora al intentar marcar constantemente el tono emocional deseado. En realidad, lo que salva la película es el montaje de Nicole Kortlüke, no solo porque mezcla con gran destreza el material animado con escenas reales, sino también gracias a la dureza de las secuencias de montaje cuando Tom está alterado. De este modo, la película consigue representar lo que está ocurriendo en su cabeza de una manera convincente.
En definitiva, Greetings from Mars logra su objetivo de explorar y presentar “universos internos ajenos” a un público neurotípico que muestra gran empatía y calidez. Tanto hijos como padres pueden aprender un par de cosas de la película de Sarah Winkenstette.
Greetings from Mars es una producción alemana de Leitwolf Filmproduktion y Kinescope Film.
(Traducción del inglés por Selena Navarro Haro)
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