Crítica: Think of England
- El segundo largometraje de Richard Hawkins es un desconcertante pero entretenido relato sobre una unidad del ejército británico dedicada a producir películas porno para los soldados

En tiempos de guerra, incluso las tareas más improbables pueden adquirir de pronto una trascendencia estratégica. Think of England [+lee también:
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ficha de la película], el segundo largometraje del guionista y director Richard Hawkins, lleva esta premisa hasta un extremo deliciosamente absurdo, imaginando (o, mejor dicho, reconstruyendo) una unidad secreta del ejército británico dedicada a producir películas pornográficas destinadas a subir la moral de los soldados antes del desembarco de Normandía. Lo que suena a leyenda urbana está basado, sorprendentemente, en hechos reales, y el mérito de Hawkins reside en moldear esta premisa disparatada en una pieza de cámara ingeniosa, envolvente y sorprendentemente emotiva.
Estrenada mundialmente en la competición internacional de la presente edición del Festival Black Nights de Tallin y ambientada durante la Segunda Guerra Mundial, la película sigue a seis individuos enviados a una isla azotada por el viento en las Orcadas con una misión clasificada: rodar una serie de cintas eróticas que deberían ayudar a “fortalecer a los muchachos en el frente”. El heterogéneo grupo lo forman el director alemán de ascendencia judía Max Meyer (interpretado por Ben Bela Böhm), el indeciso e inofensivo capitán Anthony Clune (John McCrea), una maquilladora (Ronni Ancona) y su hijo de 18 años, que ejerce de técnico de sonido (Ollie Maddigan), además de los dos protagonistas: la actriz en ciernes Holly Spurring (Natalie Quarry) y el psicótico cabo Harry Evans, cuyo nombre real es Tyrone Higgs (Jack Bandeira).
La puesta en escena de Hawkins adopta desde el primer momento una estructura teatral. Gran parte de la acción transcurre en un único espacio principal: el estudio improvisado dentro del campamento militar, y ese confinamiento geográfico refleja el interés del guion por las dinámicas entre personajes y las alianzas cambiantes. Pese a las limitaciones espaciales, la película mantiene un vibrante atractivo visual. La dirección de fotografía de Sarah Cunningham aporta a las imágenes un brillo colorista, casi de novela gráfica, que establece un contraste lúdico con la sordidez de la Gran Bretaña en guerra. La paleta luminosa y las composiciones cuidadas ayudan a sostener un ritmo ágil, reforzando el tono cuasi cómico del filme sin diluir sus vertientes más oscuras.
La música enriquece aún más la experiencia. La banda sonora entreteje varias melodías populares de los años treinta, entre ellas “Mad About the Boy” y “Anything Goes”, anclando la película en su época mientras acentúa su espíritu pícaro y travieso. Estas elecciones generan un contrapunto jovial a los momentos de ruptura emocional, recordando al público el frágil escapismo que los personajes intentan fabricar.
En lo emocional, Think of England avanza a buen ritmo, navegando entre el drama, la violencia ocasional y la comedia con un grado de equilibrio sorprendente. El reparto funciona bien en su conjunto, aunque lo estrambótico de la premisa empuja en ocasiones a los protagonistas masculinos (especialmente Böhm, McCrea y Bandeira) hacia la sobreactuación. Con todo, esas exageraciones resultan coherentes temáticamente, al reflejar la performatividad exacerbada que exige la propia misión a sus personajes. El guion de Hawkins concede a cada integrante del grupo suficiente vida interior como para trascender la caricatura, y el tramo final de epílogos, que revela el destino de todos, otorga a la película un cierre conmovedor.
Más allá de su relato, Think of England es también un testimonio del cine independiente realizado bajo presión. Producida por el tándem padre e hija Nick y Poppy O’Hagan, la cinta se rodó con un presupuesto ínfimo a lo largo de 21 días. Es un buen ejemplo de cómo, a veces, todo lo que hace falta para crear una película sugestiva es un lápiz, un cerebro y unos pocos recursos (materiales o inmateriales) bien empleados.
Think of England es una producción de las británicas Giant Films y High St Films.
(Traducción del inglés)
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