BLACK NIGHTS 2025 Critics’ Picks
Crítica: Nino dans la nuit
por Aurore Engelen
- El director belga Laurent Micheli pinta un vibrante retrato de una generación de jóvenes debilitada pero no desilusionada

Laurent Micheli ha estrenado su tercer largometraje, Nino [+lee también:
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ficha de la película], en la sección Critics’ Picks del Festival Black Nights de Tallin. Tras Even Lovers Get the Blues [+lee también:
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ficha de la película], un retrato sexual pero romántico, pop y moderno de una generación joven que lo cuestiona todo, y después de Lola vers la mer [+lee también:
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ficha de la película], que sigue a una joven trans distanciada de su padre y que se lanza en busca de una vida más luminosa, el director regresa con una adaptación de la novela homónima de Capucine Azaviele y Simon Johannin, publicada en 2019 y aclamada por la crítica.
La historia sigue la trayectoria caótica de Nino (Oscar Louis Högström), un joven muy alterado que está al borde del abismo. Tras dejarse llevar en una pelea durante una fiesta al intentar defender a una amiga, intenta desaparecer en la Legión Extranjera francesa, que lo rechaza como un cuerpo extraño. Posteriormente, regresa a casa con los suyos, pero también a sus problemas: ¿dónde dormir, qué comer, cómo llegar a fin de mes? Como un héroe de novela picaresca o de un juego psicodélico de supervivencia, Nino encadena peripecias y fracasos, pero siempre vuelve a levantarse, movido por una búsqueda cuyo sentido solo se revelará al final del camino. Mientras tanto, junto a su novia Lale (Mara Taquin) y sus mejores amigos Charlie (Théo Augier) y Malik (Bilal Hassani), intenta como puede capear el temporal en un mundo que se niega a esperarles y que no está a la altura de sus aspiraciones. Entre pequeños y grandes trapicheos, marihuana y diamantes, moda y poesía, Nino avanza a ciegas, armado únicamente con la riqueza de la amistad (que por poco dilapida en un momento dado) y el lujo de su fe en la libertad.
Lo de consultar cosas con la almohada no siempre les funciona a Nino y a sus amigos, pues la noche es un territorio donde todo es posible, liberado de las convenciones sociales que encorsetan el día. Es un espacio de intimidad y esperanza, pero también de perdición. Con pasión, Laurent Micheli filma el ardor de esta joven generación que intenta encontrarse a sí misma, luchando en un mundo regido por el consumismo que uberiza sus cuerpos y sus sueños. No obstante, aunque la precariedad y toda la inestabilidad que conlleva forman parte del día a día de nuestros protagonistas, no los define en absoluto. Los colores de la película deslumbran, la música late con fuerza y la voz en off de Nino, que a lo largo del relato pasa de un simple “yo” autobiográfico a un giro poético, confiere al conjunto un acusado lirismo que aspira a infundir un aire de ficción novelesco a este retrato social. La película rebosa de buenas intenciones, giros de guion y alardes estéticos, hasta rozar el exceso, pero todo ello encaja a la perfección con su joven reparto, cuya energía y entrega acaparan el protagonismo.
Nino dans la nuit es una producción de Wrong Men (Bélgica), coproducida por Haut et Court (Francia). Las ventas internacionales corren a cargo de Paradise City Sales.
(Traducción del francés)
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