email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

BLACK NIGHTS 2025 Competición

Crítica: No Comment

por 

- Petter Næss firma una entretenida comedia dramática sobre la política, con cuyos temas principales se identificarán espectadores más allá de Noruega

Crítica: No Comment
Pia Tjelta (izquierda) y Natalie Bjerke Roland en No Comment

Con No Comment [+lee también:
entrevista: Petter Næss
ficha de la película
]
, el director Petter Næss regresa a la sátira política armado con un agudo sentido del timing y una comprensión astuta de cómo las democracias contemporáneas se comunican, se manipulan y se autodestruyen. Estrenada en los cines noruegos el 22 de agosto, la película forma parte de la competición principal del Festival Black Nights de Tallin. Curiosamente, se presenta como una audaz mezcla de sátira política y comedia dramática, combinando una crítica punzante con un tono ligero y accesible. Es una historia a la vez muy noruega e indiscutiblemente universal.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

La premisa es sencilla pero fértil: la primera ministra Alma Solvik (Laila Goody) se ve envuelta en un escándalo justo cuando la temporada electoral alcanza su punto álgido. Su marido, Sondre (Torbjørn Aamodt), ha sido pillado realizando dudosos movimientos bursátiles que parecen basarse en información privilegiada obtenida del gobierno de Alma. Mientras la prensa acecha y la oposición afila los cuchillos, Alma y su siempre calculadora asesora Karianne (una deliciosamente incisiva Pia Tjelta) se apresuran a improvisar una estrategia de control de daños. Su solución es desconsiderada y despiadada: culpar de todo a Sondre y seguir adelante, un enfoque cristalizado en el mantra “Sondre es el culpable”.

Næss y el guionista Ståle Stein Berg anclan con ingenio su historia en un presente indeterminado pero reconocible, logrando un fino equilibrio entre la inspiración real y el distanciamiento de la ficción. Las dos principales fuerzas políticas quedan reducidas a etiquetas genéricas (“los amarillos” y “los azules”), un recurso que libera a la película de ataduras locales, haciendo que su sátira resulte aplicable mucho más allá de Noruega. Los espectadores de casi cualquier país encontrarán aquí ecos de su propia clase política: los juegos de poder que se dirimen entre bastidores, las eminencias grises que mueven los hilos, los equipos de comunicación en constante expansión que moldean la realidad y un electorado a la vez ávido, ansioso e ingenuo.

En este sentido, No Comment se muestra bastante incisiva. Disecciona no solo la mecánica del spin político, sino también el ecosistema que lo sostiene: la credulidad del público, el oportunismo de la oposición y, por encima de todo, un panorama mediático cada vez más adicto al escándalo, al cotilleo y a las medias verdades morbosas.

Las interpretaciones sostienen con eficacia esta mezcla de cinismo y humor. Goody interpreta a Alma como una mujer que intenta seguir siendo primera ministra tanto en el despacho como en casa, con una compostura que se resquebraja lo justo para delatar lo absurdo de la situación. Tjelta, tras otro papel afilado y abrasivo este año en Don’t Call Me Mama [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Nina Knag
ficha de la película
]
(presentada en Karlovy Vary), brilla como Karianne, una estratega cuya eficiencia glacial roza la crueldad cómica.

A nivel formal, Næss opta por una puesta en escena sencilla e inmediata, con encuadres directos y un lenguaje visual limpio. A veces, la ejecución se inclina un poco en exceso hacia lo televisivo, pero la película lo compensa con un ritmo sostenido y un guion que mantiene su pulso narrativo. Los apartados técnicos (la fotografía de Gaute Gunnari, la dirección artística de Sunniva Rostad y el montaje de Perry Eriksen) desempeñan un trabajo competente y funcional que sostiene el relato sin reclamar atención innecesaria.

En última instancia, No Comment funciona como una entretenida y bien calibrada comedia dramática política, una que observa el espectáculo de la democracia con claridad, ironía y un punto de exasperación. Puede que no reinvente el género, pero ofrece un retrato perspicaz de la política como teatro, de los medios como acelerante y de los votantes como público y cómplices.

No Comment es una producción de la noruega Maipo Film. TrustNordisk gestiona sus ventas internacionales.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy