25/11/2025 - El personal debut de Mari Storstein se pregunta si la gente abierta de mente es de verdad tan abierta y denuncia con ironía la desexualización de las personas con discapacidad

My First Love, basada en la experiencia personal de la debutante Mari Storstein y apoyada en la investigación factual realizada para su anterior documental, Letter to Jens (2011), que demostraba cómo el municipio noruego en el que vive una persona determina el tipo de vida que puede llevar, cuenta la historia de una chica en silla de ruedas en el umbral de la madurez, que empieza a abrirse camino en la vida social y amorosa, hasta que los cuidados especiales diseñados para facilitarle la vida se interponen de repente en su camino. Muchas películas que abordan la discapacidad ponen de relieve el estigma hacia las personas con necesidades especiales, sobre todo en las relaciones interpersonales, pero esta comedia dramática romántica, presentada recientemente en la competición de óperas primas del Festival Black Nights de Tallin, plantea cuestiones algo distintas: ¿hasta qué punto el sistema sanitario realmente nos cuida, incluso en un Estado del bienestar tan bien valorado como Noruega? ¿Habrá alguna vez una solución real?

Con diecinueve años, Ella (Marie Flaatten) está a punto de empezar su primer curso en la universidad en otra ciudad. Llevar toda la vida en silla de ruedas no le ha impedido tener una vida plena, gracias en gran medida a su cariñosa familia, que nunca la ha tratado como incapaz, y también (y no menos importante) a su asistente personal. Sin embargo, el municipio de Lillehammer, a donde se muda, no puede proporcionarle ese tipo de atención privada, y por el momento su única opción es trasladarse a una residencia para personas con necesidades especiales. Conscientes de la rigidez de este tipo de instituciones, sus padres le aconsejan tomarse un año sabático y esperar una solución mejor, pero Ella está impaciente por abandonar el nido.

Al poco tiempo, perfectamente integrada en el ambiente universitario, se fija en Oliver (Niels Skåber), un poeta con guitarra, y comienzan a verse con timidez pero con ganas. Sin embargo, sus supervisores sanitarios son más un obstáculo que una ayuda en este giro natural de la vida: la vigilan de cerca, le imponen toques de queda y una política de no visitas nocturnas, mientras que, por lo visto, consideran el amor y el sexo actividades reservadas únicamente para las personas sin discapacidad. La vida de Ella en la residencia se parece más a un retiro monástico involuntario, lo que la frustra pero no la desanima: está decidida a plantarle cara.

Con una estructura narrativa quizá excesivamente lineal, sin mucho juego cinematográfico, My First Love parece una película televisiva, donde la urgencia por contar la historia y expresar las emociones que la rodean eclipsa la búsqueda de una forma artística. Por otro lado, la sinceridad de estas experiencias personales compartidas abiertamente resulta tan reconfortante que uno se sumerge con facilidad en el mundo de Ella y Oliver, cuyo amor, como el de unos Romeo y Julieta contemporáneos, acaba viéndose obstaculizado por la estrechez de miras institucional.

La interpretación de la actriz no profesional Marie Flaatten es desarmantemente auténtica, tanto por la paciencia y el humor con los que anima a su entorno a tratarla como «normal» («Relájate, no me vas a romper», le dice a Oliver en su primera noche romántica), como por sus airadas reacciones ante la intolerancia que limita su libertad.

El desenlace esperanzador sugiere un matiz activista, pero la película es mucho más que eso, equilibrando con naturalidad las capas sociales y las puramente humanistas.

My First Love es una producción de la noruega Nordisk Film Production en colaboración con Filmbin. Las ventas internacionales corren a cargo de la danesa TrustNordisk.

(Traducción del inglés)