02/05/2005 - 11 películas en competición, algunas de las cuales teniendo la muerte como temática, fueron este año proyectadas en el Festival EuropaCinema. Pero fue el humor de una película danesa que conquistó el corazón del jurado

Podía notarse en las películas en competición este año en Viaregio una cierta tendencia para hablar de la muerte. Los cineastas europeos parecen interrogarse sobre el lugar que ella ocupa en la sociedad actual, como explicaba el danés Hemmig Carlsen en la apertura del Festival, donde a presentado su película Springet (The leaps), la historia de un hombre que tiene un cáncer.

Pero al final, es el humor y la ternura que salieron ganadoras. En la ceremonia de encerramiento, ayer por la noche, en presencia del director italiano Mario Monicelli y de la actriz noruega Liv Ulman, el jurado de ka 22ª edición del Festival EuropaCinema recompensó dos veces el largometraje de Jacob Grønlykke, un otro danés en competición. Opbrud (Lost and Found) recibió el premio de la mejor película y también de la mejor actriz (Birthe Neumann). La película cuenta la historia de un vendedor de juguetes de 60 años que, poco antes de coger el avión para volver a casa en el día de cumpleaños, decide quedarse en Paris en el Hotel du Grand Palais, un cinco estrellas con vista sobre las Tuileries. Su decisión, que perturba la fiesta sorpresa organizada por la familia, provoca una crisis que desnudará todos los conflictos familiares. Con ternura y pudor, se siguen situaciones cómicas y trágicas que permitirán a cada miembro de la familia de hablar y de exprimir sus fragilidades. Al final, lo que estaba perdido y lo que se encuentra en esa familia es la habla.

El premio al mejor guión fue atribuido a la realizadora española Laura Mañá, Morir en San Hilario que recibió también el premio del publico, mientras que Marek Kondrat recibió el premio del mejor actor por su interpretación en Trzeci del polaco Jan Hryniak. Por fin, entre los tres italianos en competición, Contronatura del director de Viareggio, Alessandro Tofanelli recibió una mención especial y Il Silenzio dell'Allodola de David Ballerini el premio Vittorio Gassman, que recompensa una película que se distingue por el tema que osa afrontar. Y, efectivamente, el radicalismo, aunque por veces discutible, de ese primero largometraje merecía la atención.

(Traducción del francés)