13/05/2005

Pantélis Voulgaris, el nuevo Presidente del Festival de Cine de Salónica ha renunciado el jueves de su puesto, afirmando que "ninguna ambición, ninguna amargura justifica la denigración internacional del festival y del país y la afligida campaña que mina la institución".

Su nombramiento en marzo pasado a la cabeza del Festival de Cine de Salónica causó el descontento del medio cinematográfico griego e internacional que, sobre todo, se levantó contra el despido del Presidente del festival, Théo Angélopoulos, embajador emérito del cine griego y de su director, Michel Démopoulos, sustituido, por su parte, por la productora Despina Mouzakis. Las vivas críticas de los interesados y de numerosas protestas en el mundo de la cultura griega fueron retransmitidas por una petición internacional puesta en circulación en Internet que recogió cerca de 500 firmas.

Grandes nombres como Nanni Moretti, Abbas Kiarostami, Wim Wenders, Jim Jarmusch, Nagisa Oshima, Otar Iosseliani, Béla Tarr, Bernardo Bertolucci, Costa-Gavras, y también Sarga Toubiana (director de la Cinemateca francesa) y Dominic Paini (director del Centro Pompidou), destacaban la responsabilidad de Michel Démopoulos en cuanto al éxito de la manifestación. Con Théo Angélopoulos, los dos hombres habían hecho de este festival anual, "un espacio independiente, muy atento a las fuerzas vivas e innovadoras del joven cine mundial". Poniendo en guardia Grecia contra un "repliegue de identidad" en su política cinematográfica, denunciaban una decisión que hace el efecto "de un regreso al mismo tiempo que una rectificación ideológica, extremadamente inquietante para el conjunto de los creadores europeos".

Considerado en Grecia como el segundo cineasta nacional después de Théo Angelopoulos, Pantélis Voulgaris, (Les fiançailles d'Anna, Happy day, Les années de pierre), realizó el año pasado Les Mariées, una película coproducida con Martin Scorsese que registró cerca de 800.000 entradas en el territorio. Pero su reputación, sus recientes éxitos y su compromiso político y social que hace él a un cineasta de izquierda, no fueron suficientes, al parecer, a hacer callar las protestas.

(Traducción del francés)