20/05/2005

Barriendo los tópicos que circulan sobre la sociedad marroquí, Marock, el primer largometraje de Leila Marrakchi proyectado ayer en la sección Un Certain Regard, reveló a una juventud mucho menos tradicionalista que lo piensan los occidentales. Centrado en una aventura sentimental entre una adolescente musulmana sin complejos (Morjana Alaoui) y un play-boy judío (Matthieu Boujenah), la película describe la vida de los jóvenes privilegiados de buena familia de Casablanca. Atraído por los excesos de toda clase y enarbolando un modo de vida a la europea sin preocupaciones (carreras de coches en las calles, músicas al máximo volumen con Bowie, la Mano Negra, The Auteurs…, alcohol, drogas ligeras a diario y tentación de las drogas duras…), este grupo de 16-20 años evoluciona, sin embargo, en un medio ambiente de fuertes tradiciones religiosas que los obliga a andar con rodeos, e incluso a entrar en confrontación cuando sus deseos de emanciparse chocan con la rigidez de las costumbres. Una temática interesante que, sin embargo, no hizo la unanimidad de las críticas, los propósitos de fondo no constituyen una gran novedad en el cine árabe y la forma permanece en una fase clásica sembrada con algunas torpezas.

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Beneficiando de un presupuesto de 3 millones de euros, Marock que ha sido producido por Lazennec, obtuvo una coproducción de France 3 Cinéma (450 000 euros de los cuales 225.000 en parte antena) y un Anticipo sobre ingresos de 400.000 euros del CNC. Distribuido en Francia por Pan Européenne, la película es vendida internacionalmente por Roissy Films.

(Traducción del francés)