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FESTIVALES Karlovy Vary

El cine esloveno pretende volver a entablar vínculos

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El cine esloveno es aún prácticamente desconocido en el Festival de cine de Karlovy Vary. En el mejor de los casos se recuerda Eslovenia como uno de los países productores de No Man’s Land, el gran éxito de Danis Tanovic en 2001.
Pero las cosas están quizá a punto de cambiar. Este año, Eslovenia cuenta con tres representantes en Karlovy Vary - de los cuales dos están en competición: Uglasevanje (“Tuning”) el drama familiar de Igor Šterk está en la sección oficial y Rusevine (“Ruins”) de Janez Burger en la sección “East of the West”, mientras que Predmestje [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
(“Suburbs”), el largometraje de Vinko Möderndorfer se encuentra en la prestigiosa sección de “Variety Critic' s choice”.

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El estreno mundial de la película de Šterk, terminada hace solamente un mes, tuvo lugar en Karlovy Vary. “Estoy encantado de haber sido invitado a la competición oficial del festival de Karlovy Vary que considero como uno de los mejores del mundo. Si me hubieran invitado a concursar en una cualquier otra sección, no habría venido ciertamente, pero así es diferente,” admite Šterk. Tuning es un drama relacional entre un hombre y una mujer, principalmente financiado por el Fondo esloveno del Cine.

Möderndorfer, seleccionado en otros festivales con Suburbs, quien ha recibido el año pasado una nominación en Montreal, se sorprendió mucho de la manera en que se recibió la película, que califica de “comedia” pero que es, realmente, una comedia negra con algunas escenas que molestan.
La reacción del público en Karlovy Vary debería animar a los dos cineastas a perseverar en un pequeño país donde los recursos financieros son limitados, y donde los realizadores no han podido hacer sino cinco largometrajes el año pasado.

Pero Šterk afirma que podría haber un halo de esperanza: “Si gano en Karlovy Vary eso cambiaría radicalmente la forma en que podría encontrar ayudas financieras para mi próximo proyecto. Pero pienso que para producir mejor y más películas eslovenas, necesitamos verdaderas coproducciones, no solamente porcentajes en el proyecto de otros. Existe un informe más detallado con los países de la ex Yugoslavia, un informe que había sido interrumpido por razones muy claras entre 1990 y 1995. Se puede encontrar gente muy talentosa: mi co-guionista Sinisa Dragin, es serbio y vive en Bucarest, mi montador Petar Markovic es también serbio. Estamos de regreso para forjar una especie de federación cultural de la cual que podremos todos aprovechar”.

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(Traducción del inglés)

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