La industria en Reino Unido
por Annika Pham
¿Es más difícil ser un productor independiente en el Reino Unido ahora o cuando comenzó hace veinte años?
“En los veinte años que llevo en este negocio, nunca he visto en la industria a nadie que esté completamente consciente de cuanto tiene ésta de positivo. Es humano, supongo, no darte cuenta de que estás en la cúspide de la ola hasta que no empieza la crisis. Actualmente el auge económico ha terminado, pero hay más liquidez en el Reino Unido hoy que en los años ochenta, a pesar del colapso de Film Four y de Granada Films. Naturalmente, como productor independiente siempre tienes que buscar ventas anticipadas y coproducciones para completar la financiación de tus películas, pero las presiones mayores vienen de otra parte: en el Reino Unido hay gente que te llega con proyectos que se jactan de tener ya los requisitos necesarios para obtener financiación a través de incentivos fiscales, subvenciones o de las emisoras. El Departamento de Cultura, Medios y Deportes (DCMS) está por aprobar nuevas reglas para detener los abusos de otros países que solicitan coproducir con el Reino Unido”.
¿Ha mejorado la calidad de las películas desde que el Consejo Británico entró en acción en el año 2000?
“Con toda seguridad, y no porque haya más dinero disponible, sino porque hay un sistema mejor para administrar e investir el dinero. La estructura anterior, el Consejo de Artes de Inglaterra, no funcionaba bien, y esto se podía observar en la calidad de las películas. Ahora, con el Consejo del Cine, la calidad ha mejorado evidentemente con películas como Gosford Park o las que han contado con el apoyo del Fondo para el Cine Nuevo de Paul Trijbits”.
El Consejo del Cine ha empezado a encargarse de la distribución, ¿cree usted que este es el sector más débil de la industria cinematográfica británica?
“Parece una ironía, pero ahora tenemos el mayor número de distribuidores desde la bancarrota de Palace, a principios de los años noventa. Lo que no tenemos es distribuidores exitosos, que sepan hacer bien su oficio y que tengan los recursos para crear un mercado en torno a sus películas. Si la propuesta consiste en ayudar a los distribuidores independientes a ampliar su negocio para ser más competitivos con películas de presupuesto alto, entonces estoy completamente de acuerdo”.
En su reciente discurso con motivo de la entrega de los premios BAFTA, el presidente del Consejo del Cine, Alan Parker, mencionó que espera ver que los directores británicos abandonarán la “pequeña Inglaterra” y se aventurarán a hacer películas con miras más amplias hacia el mercado internacional. ¿Está de acuerdo con esto?
“No, no lo estoy. Lo cierto es que continuamente las películas británicas que obtienen éxito en el extranjero, con excepción de las de Working Title, son películas con presupuestos medios o bajos. La gente se confunde mucho, piensa que cuanto más específico es el tema de una película, más general será el consenso que tendrá. Magdalene no tiene un tema internacional, pero para Italia, por ejemplo, es un tema muy importante. Las películas de Ken Loach tienen una distribución cada vez más amplia porque la gente las quiere ver. ¿Para qué vamos a cambiar todo esto? Se trata de un mercado que Gran Bretaña y Francia han copado y en el que también los españoles y los daneses se están volviendo muy fuertes en los últimos cinco a diez años. Tim Bevan y Eric Fellner de Working Title son probablemente los únicos productores ingleses de excelencia, capaces de sostener una película en el mercado internacional, pero no todos pueden hacerlo. Seguirán haciendo películas internacionales fantásticas y los demás intentarán copiarles, pero esto no significa que representen el único camino para el cine británico. Seríamos una industria aburrida y estéril si no tuviéramos espacio para Ken Loach, Terence Davies, Marc Evans, Stephen Frears”.
¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.