Battiato y el sentido de la excelencia
por Camillo De Marco
Beethoven, la física cuàntica, el misticismo y los alucinógenos, los nudos energéticos, investigadores de vanguardia, astrónomos-compositores, bailarines sufi, Wittgenstin, Steiner, interpretaciones de los sueños anti-freudianos. Esto y más en el excéntrico segundo largometraje del neo pitagórico Franco Battiato,uno de los músicos más innovadores del pop italiano que ha llevado a Venecia un asunto esotérico girado en tres movimientos, como una obra musical.
Musikanten cuenta la historia de una autora televisiva que, por un programa suyo, encuentra un chaman que la pone en hipnosis regresiva. La mujer, interpretada por Sonia Bergamasco, descubrirá que quizás en una vida precedente fue el príncipe Lichnowsky, amigo y mecenas de Beethoven. Este ultimo interpretado por el realizador Alejandro Jodorowsky, en su primera prueba como actor, que, maestro del esoterismo, debe haber influenciado bastante la escenografía escrita por Battiato y por el filosofo Manlio Sgalambro.
Producido por L'Ottava de Battiato, en coproducción con Rai Cinema, el filme girado con cuatro tipos diversos de máquinas de tomas, de la película a la micro cámara digital. El centro de la historia se sitúa en el monasterio de edad carolingia de Sankt Gallen, cerca de Zurich, con su antigua biblioteca rica de manuscritos e incunables. Battiato se documentó mucho en los últimos años de vida del gran compositor, pero la figura de Beethoven, explicó el realizador-músico siciliano, "es un pretexto para describir el sentido de la excelencia, que desaparece. Quiero emocionar al espectador a un nivel superior y más profundo que el de la historia en si misma.
(Traducción del italiano)
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