07/09/2005

"Las buenas máscaras se mezclan con las malas, pero todos llevan una máscara". En concurso esta mañana en competición oficial en la Mostra donde él fue revelado en 2001, en sección paralela con su tercer largometraje L'Emploi du temps, el cineasta francés Laurent Cantet colocó su 4° obra, Vers le Sud [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Laurent Cantet
entrevista: Robin Campillo
entrevista: Simon Arnal-Szlovak
ficha de la película], bajo la señal de la ambigüedad y del insondable. Abordando sin tabú el tema del turismo sexual de las mujeres occidentales en el Caribe en los años 70, el realizador hace lentamente surgir el verdadero tema de la película: una búsqueda de amor inaccesible. Y en segundo plano, desarrollada por cortas secuencias siempre misteriosas aparece la complejidad de la peligrosa situación política y social que reina en Haití. Desarrollándose al ritmo lánguido del clima tropical y sus gamas paradisíacas, este sutil guión a doble fondo co-firmado por Laurent Cantet y por su cómplice habitual Robin Campillo (según una novela de Dany Laferrière) volvió meditativos a la prensa y a los profesionales presentes. Reacciones a media tinta bien en la línea del malestar difuso instalado por la película que se acaba con la salida de estos turistas del corazón, bautizados "los que no se mueren nunca" por autóctonos que no tienen esta suerte.

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Trabajando sobre la frontera que separa los tópicos sobre los paraísos tropicales y la dura realidad del cotidiano de los habitantes, Vers le Sud cuenta el amor de dos mujeres anglosajonas de edad madura por el joven y bello haitiano Legba (Ménothy Cesar) que vive de la venta de sus encantos. Interpretadas por Charlotte Rampling la falsa cáustica y Karen Young la ingenua sin complejo, las dos occidentales se libran a una competición subterránea - que va a ayudarlas a redescubrirse - para obtener la exclusividad de este hombre que se deja arrastrar con la sonrisa y sin comentarios hacia una cama u otra. Pero Laurent Cantet no se limita a bosquejar el cuadro de este espacio utópico donde las occidentales buscan el orgasmo, una comunicación más fácil (con Louise Portal completando el trío femenino), un amor romántico o también un poder sobre los seres. El cineasta consigue también colocarse en silencio del lado de los haitianos que encuentran ante estos ricos benefactores un bienestar que les está prohibido más allá del hotel, en el clima de muerte y violencia planeando en Haití. No juzgando ni a los unos, ni a los otros y guardándose bien de dar explicaciones simplistas, el realizador francés prosigue con Vers le Sud un curso cinematográfico de una gran coherencia centrado sobre lo que nombra "la búsqueda de un lugar que no existe".

Producido por Haut et Court que se ocupara de distribuir el filme en Francia el 22 de febrero 2006, Vers le Sud benefició de un presupuesto de 5 millones de euros. Producido por Canadá, también fue sostenido por France 3 Cinéma con 800 000 euros (de los cuales la mitad en coproducción y el resto en compra por adelantado). Vendido internacionalmente por la sociedad francesa Celluloïd Dreams, se estrenará en particular en Italia via Mikado.

(Traducción del francés)