18/10/2005

El día de ayer lunes fue crucial para la aprobación del Convenio sobre la "diversidad cultural". Después de los bruscos golpes repetidos de los EE.UU - que implican algunos países en su estela - y su amenaza de dejar el hemiciclo, la aprobación del Convenio parecía comprometida (leer la news). Japón no midió sus esfuerzos para una mediación, el Director General de la Unesco es él mismo japonés.

En realidad los Estados Unidos "se limitaron" a proponer no menos de 28 enmiendas y hacerlas votar una a una." Todas estas enmiendas se referían principalmente a una referencia más explícita a los otros instrumentos jurídicos existentes, (contemplan sobre todo los de la Organización Mundial del Comercio, la OMC), postulando la anterioridad o la supremacía de normativa ya en curso e intentar así vaciar la "diversidad cultural" de su capacidad jurídica propia.

Todas estas enmiendas han sido rechazadas, cada vez, por una muy amplia mayoría. Un "giro" de pequeños países se incorporaba de vez en cuando al campo EE.UU. Solamente Israel siguió siendo el aliado indefectible de los americanos, y eso desde el principio de los trabajos.
Al final de la jornada, es pues el Convenio original que fue propuesto al voto de los Ministros: 151 "a favor", 2 "en contra" (los EE.UU. e Israel) y dos "abstenciones", entre las cuales la de Australia.

Este lunes prefiguraba una especie de repetición general del voto en sesión plenaria general del 21 de octubre (que será precedido la víspera del jueves del voto en sesión plenaria de la comisión Cultura). Se puede entonces ser razonablemente optimista, aunque los EE.UU. puedan aún elegir forjar el hierro hasta el final. Las políticas europeas actuales de ayuda voluntarista a la Cultura - política de la Comisión Europea y las de sus 25 Estados miembros - están suspendidas como a un cabello a este próximo voto de viernes...

(Traducción del francés)