03/09/2006

Tras Allegro [+lee también:
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ficha de la película], el inconformista director danés Christoffer Boe vuelve a La Jornada de los Autores por segundo año consecutivo, esta vez con el experimental Offscreen [+lee también:
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ficha de la película]. En la película, un director de nombre Christoffer Boe es llamado para crear una película usando la secuencia dejada por el actor Nicolas Bro, quien ha desaparecido. En una de las primeras escenas, Boes entrega a Bro una pequeña cámara digital para llevar a cabo el objetivo del actor y realizar, así, una “película de amor” sobre sí mismo y su mujer, Lene (interpretada por Lene Maria Christensen). Pero el amor pronto se acaba y, ¿cómo hacer una película de amor sin amor?

“La idea básica era realizar una película sobre un chico que no puede desprenderse de su esposa”, comenta el director. Sólo más tarde, Boe se dio cuenta de que esa idea encajaba a la perfección con sus anteriores trabajos, Reconstruction (sobre el principio de una relación) y Allegro [+lee también:
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ficha de la película] (sobre una relación amorosa). Sus películas anteriores contenían imágenes muy estudiadas en su composición, coreografía y luz, mientras que para Offscreen “sólo llamamos a un bar y preguntamos si les importaría que Nicolas fuera con una cámara y rodar allí”. Pero, para el director, “no existe diferencia alguna entre realizar un travelling en un estudio y esto”, una película dentro de una película en la que Nicolas no era sólo el protagonista sino que también estaba detrás de la cámara.

La falta de artificios se acentúa aún más por el hecho de que parece que todo el mundo se representa a sí mismo, incluidos Boe, Bro y Lene. El punto donde la película deja de ser un documental para convertirse en ficción, nunca está claro: “Me encanta explorar quien controla la ficción, quien cuenta la historia, y esto es una narración en primera persona en boca de otra persona distinta a mí”, explica el director.

La falta de progreso en esta película de amor se convierte en una enfermiza obsesión para Nicolas, cuyos humillantes intentos de recuperar a su esposa se acercan mucho más a un acto de locura que a un acto de amor. Las escenas finales de la película muestran a lo que podemos llegar si se empieza a depender demasiado de una película para arreglar tu vida. Consejo: no es bonito de ver.

(Traducción del inglés)