27/10/2006

Continuación de la entrevista de Michel Gomez, delegado general de la ARP (sociedad civil de Autores-Realizadores-Productores) que organiza los Encuentros Cinematográficos de Dijon que reúnen hasta el domingo a destacados profesionales franceses y europeos.

¿Cuál es el punto de vista de la ARP sobre la disminución de la difusión de películas en las televisiones generalistas francesas?
En el paisaje mundial, Francia constituye una excepción, uno de los únicos países donde se difunden tantos filmes en las cadenas generalistas. Pero hay que separar las cadenas públicas de las privadas. Éstas últimas están obligadas económicamente a vender espacios publicitarios, por lo tanto tienen que buscar los programas susceptibles de alcanzar la más amplia parte de mercado. El problema que le crea el cine en relación a las otras obras audiovisuales competidoras es que un filme, por definición, es único. Entonces es difícil ganar la confianza de los espectadores con filmes (fuera de aquéllos que tienen mucho éxito en las salas), que se encuentran en competición con las series, los partidos de fútbol, Operación Triunfo... Si se quiere que las cadenas privadas continúen a difundiendo cine, hay que hacer esfuerzos de imaginación y edición. En cambio, las cadenas públicas tienen una responsabilidad y deben cumplir un rol de servicio público, ser capaces de editorializar el cine. A nosotros profesionales nos incumbe encontrarles una mayor libertad de programación suprimiendo un cierto número de días prohibidos al cine (actualmente los miércoles, viernes y sábados). Canal + es hoy la única cadena que posee el derecho de difundir filmes el sábado por la noche y, sin duda, hay que preservarles esta ventaja. Pero sobre el resto de días prohibidos, hay que abrir y dejar al servicio público la posibilidad de ser un poco más dinámico en la materia.

¿Cómo preservar el sistema francés de financiación de la producción cinematográfica, que es considerado como un modelo en Europa
En Francia tenemos un sistema de regulación constituido por numerosos elementos que se ligan los unos a los otros: las cuotas sobre las cadenas, las obligaciones de inversión, la cuenta de apoyo... Cuando el ambiente se mueve, es normal que el sistema evolucione, si no se vuelve obsoleto. Y siempre hay asuntos que arreglar, ya que nuestro sistema depende de la ley. Por ejemplo, cuando el sistema fiscal cambia, las Sofica (sociedad para la financiación de la industria cinematográfica y audiovisual) tienen problemas. De la misma manera, cuando la cuota de mercado del cine francés aumenta en las salas, lo que significa algo positivo, hay que ajustar los mecanismos de la cuenta de apoyo...No hay que tener una visión estática, se trata de permanecer atento, pero también de ser capaz de moverse, de no ser conservador. Por otra parte, para defender este sistema, tenemos sistemática y estructuralmente problemas con Bruselas, que está en una lógica de mercado interno, de competencia pura y perfecta. Ahora bien, mayor será la fuerza del sistema francés, mayor será el número de coproducciones con Alemania, España, Italia...ya que los sistemas no se excluyen los unos a los otros.

(Traducción del francés)