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ESTRENO Alemania

Levy + Hitler : un cocktail explosivo

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A dos días del lanzamiento por X-Verleih de la nueva comedia de Dani Levy, Mein Führer - Die wirklich wahrste Wahrheit über Adolf Hitler (lit. "la verdad verdadera sobre A. Hitler"), los periódicos alemanes se preguntan si Hitler y el humor son compatibles. Esta cuestión recuerda las controversias que han acompañado al lanzamiento de la anterior película de Levy, Monsieur Zucker se la juega [+lee también:
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, trazando la caricatura de una familia judía que había recibido finalmente el aval de Paul Spiegel, representante de los judíos de Alemania. Como ha subrayado Spiegel, Levy "no se ríe de nosotros sino con nosotros".

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La polémica sobre Mein Führer, atizada por las reticencias en el último momento de uno de los actores principales, Helge Schneider, que encarna al dictador, recuerda, de hecho, los debates provocados por la reciente cinta El hundimiento [+lee también:
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, de Oliver Hirschbiegel, drama sobre los últimos días del Führer estrenado en septiembre de 2004. No es tanto el tratamiento cómico de un acontecimiento trágico lo que se pone en cuestión, como lo hizo hace más de 60 años El dictador de Chaplin y To Be or Not To Be de Ernst Lubitsch, sino la humanización de un personaje indignante.

La película, producida por X Filme, en coproducción con ZDF, evoca en efecto el momento histórico crucial de 1944-1945. Deprimido por sus recientes fracasos, Hitler es incapaz de redactar los deseos para el Año Nuevo que animen al pueblo alemán y debe contar con el talento de su viejo profesor de retórica, el judío Adolf Grünbaum, interpretado por el excellente Ulrich Mühe. Si es verdad que Hitler es aquí humanizado, ésto procede de la voluntad del cineasta de hacer películas históricas y de devolver su normalidad a personajes a menudo considerados brillantes, incluso dentro de su monstruosidad. Es, por otra parte, a esta proximidad popular a la que Levy debe su éxito, así como quizás al perfume de escándalo en el que él sabe envolver sus películas. La respuesta del público alemán no se hará esperar.

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(Traducción del francés)

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