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INDUSTRIA Francia

La guerra de las tarjetas

por 

El Presidente de UGC, Guy Verrechia, desenterró el hacha de guerra la semana pasada anunciando su intención de disminuir en un 15% la remuneración pagada por las salas de cine a los distribuidores (que comparten luego con los productores y autores) sobre cada entrada registrada con una tarjeta UGC. Y he aquí que Marin Karmitz, que dirige MK2 (socio con Gaumont y Pathé de la tarjeta Le Pass), le sigue los pasos considerando que las tarjetas no son ya rentables. ¿El motivo invocado? La obligación legal de proponer a las salas municipales y de arte y ensayo de adherirse a estas tarjetas. Como es sabido, UGC lanzó el sistema en marzo de 2000 y los poseedores de tarjetas serían ya 230.000 según las estimaciones del CNC, generando entre 12 y 14 millones de entradas, lo que representa del 6 al 7% de la frecuentación anual. A título de ejemplo, la tarjeta UGC Ilimitada permite, por 18 euros al mes, ver todas las películas que se quiera durante el período, un importe que debe compararse a los 9 ó 10 euros de una entrada a tarifa entera. Y UGC, que remuneraba hasta el presente a los distribuidores en 5,03 euros por entrada-tarjeta, se propone bajar la tarifa a 4,26 euros.

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Este ultimátum desencadenó muy vivas reacciones por parte de la ARP (Autores-Realizadores-Productores) y de la SACD (Autores Compositores Dramáticos), que denuncian un "abuso de autoridad de los grandes exhibidores" destinado "a aumentar los márgenes..., mientras que el precio de las tarjetas de acceso ilimitado al cine ha crecido estos últimos años de un 20% a un 30%" y "juzgan escandaloso llevar la responsabilidad de la supuesta baja de rentabilidad de las tarjetas de acceso ilimitado a las redes de salas municipales y de arte y ensayo..., debilitadas por la creación de las redes de multi-complejos." Por su parte, la Oficina de Enlace de las Organizaciones del Cine, que agrupa a una quincena de miembros, incluidos la Cámara Sindical de Productores de Películas, D.I.R.E. (Distribuidores Independientes Reunidos Europeos), el Sindicato de Productores Independientes, el SRF (Sociedad de Realizadores de películas) y el UPF (Unión de Productores de películas), pide a los diputados votar una enmienda que fije la remuneración. Solicitado por todos, el Centro Nacional de la Cinematografía (CNC), que posee el arma suprema con la renovación en marzo de la autorización de las tarjetas, encargó a una comisión de expertos estudiar las condiciones, pero algunos analistas del sector sospechan que los grandes circuitos de explotadores (Gaumont y Pathé reunidos en Europalaces, que aún no han revelado su posición) intentan el pasaje forzado para deshacerse definitivamente de las tarjetas en caso de fracaso .

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(Traducción del francés)

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