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Hungría 2006 - Blitz húngaro en la Croisette

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- Cartón lleno para el cine húngaro en Cannes 2006

Con tres largometrajes seleccionados en la Croisette sobre una producción de 26 películas en el 2005, Hungría se impone indiscutiblemente como uno de los países más en boga de la 59° edición del Festival de Cannes (del 17 al 28 de mayo). Y esta explosión en el primer plano concretiza el aumento de fuerza de una nueva ola de realizadores ya destacados en la vitrina de Cannes en el 2004 con Nimrod Antal y en el 2005 con Kornel Mundruczo. Este año, otros tres autores representantes de una generación excepcional de cineastas treintañeros se encuentran bajo las luces de los proyectores del festival más grande del mundo: György Pálfi, Szabolcs Hajdu y Agnes Kocsis. Un trío que transmite un mensaje a los profesionales y a los cinéfilos: la industria cinematográfica húngara tiene el viento en popa tanto sobre el plan artístico que económico.

En colaboración con MAGYAR FILMUNIO filmunio_dos.jpg

El fenómeno Pálfi

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de György Pálfi, seleccionado en Una Cierta Mirada, no dejará a ningún espectador de Cannes indiferente. Después de Hic (de crimes en crimes), su primer largometraje multi premiado en el 2002 (descubierta europea del año en los EFA, mención especial del mejor joven realizador en San Sebastián...), el nativo de Budapest de 32 años ha brillantemente relevado el reto de un segundo filme muy diferente, una saga familiar adaptada de dos novelas de Lajos Parti-Nagy, uno de los mejores escritores húngaros contemporáneos. Pintando el retrato de tres generaciones en la segunda mitad del siglo , Taxidermia retraza en tres partes bautizadas "Esperma", "Saliva" y "Sangre", los fantasmas sexuales de un abuelo que vive en un conjunto de barracas aisladas (Vendel Morosgoványi), la búsqueda de gloria de un padre en competición en los Spartakiades en la especialidad del mejor traga-comida (Kálmán Balatony) y la búsqueda de la inmortalidad de un hijo a través de la taxidermia (Lajoska Balatony) : tres hombres prisioneros de sus instintos. Explorando los lazos entre cuerpo, identidad y emociones, mezclando al mismo tiempo hechos reales e imaginarios en lo que él llama un realismo de cuento de hadas, György Pálfi hace la demostración estrepitosa de su talento más que original, ciertos críticos no dudan a comparar su trabajo al enfoque de pintores como Bacon o Goya. Y ese talento ha atraído la atención de numerosos productores europeos ya que Taxidermie es el fruto de una coproducción que implica a Hungría (EuroFilm Studio), Francia (Memento Films y La Cinéfacture) y Austria (Amour Fou Filmproduktion). Habiendo beneficiado de un presupuesto de 1,93 millones de euros, el filme ha sido también sostenido por la Fundación Húngara para el Cine, el fondo Euroimages, Arte France Cinéma, Duna Tv, el Vienna Film Fund, el ORF y el Instituto Austriaco de Cine. Firmado por György Pálfi et Zsofia Ruttkay, el guión fue también premiado en el Sundance.

Hajdu el virtuoso

Miembro como Pálfi de la promoción Simo de la escuela de cine de Budapest y co-fundador con él y otros jóvenes cineastas de la sociedad de producción Katapult Film (leer el interview de Iván Angelusz), Szabolcs Hajdu ha seducido a los jóvenes seleccionadores de la Quincena de Realizadores con su tercer largometraje, Fehér tenyér [+lee también:
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(White Palms). Y no es sino justicia para este joven realizador de 34 años originario de Debrecen y autor de Sticky Mattersen el 2001 (mejor primer largo en el Hungarian Film Week) y Tamara en el 2004. White Palms gana en efecto la apuesta de tratar con profundidad un sujeto social bajo la cobertura de un relato deportivo filmado a la perfección en el ambiente de la gimnasia. Inspirándose de la vida de su hermano menor Zoltán Miklós Hajdu que interpreta su propio papel en el filme y que ejerce actualmente su talento en el seno del célebre Circo del Sol de Las Vegas, Szabolcs Hajdu retraza el recorrido de un gimnasta húngaro entrenado duramente y cuya carrera se quiebra a causa de una herida. Convirtiéndose en el coach de un joven canadiense (Kyle Shewfelt, campeón olímpico en los Juegos de Atenas), él lo ayudara a alcanzar la cima. Un guión que permite al cineasta abordar con habilidad los múltiples aspectos sociológicos y morales, en particular las relaciones entre padres e hijos, la transmisión de una educación deportiva del Este a un joven del Oeste o también la necesidad de encontrar sus propios valores para escapar a la presión de la familia y de los entrenadores. Un conjunto que incluye escenas de alto vuelo a dejar sin respiración, en particular el final, que ha valido a Szabolcs Hajdu la posibilidad de compartir con György Pálfi los honores del último Hungarian Film Week arrasando entre otros los premios de la mejor realización, de la fotografía (András Nagy) y el Gene Moskowitz Prize entregado por los críticos extranjeros.

La revelación Kocsis

Anunciado como una buena sorpresa por los seleccionadores de la Semana Internacional de la Crítica, Fresh Air [+lee también:
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, el primer largometraje de Ágnes Kocsis firma el nacimiento de una realizadora doblemente distinguida en la edición 2006 del Festival de Cannes, ya que su cortometraje de 27', A Virus, figura también en el programa de la Cinéfondation. Una llegada imponente bajo las luces de los proyectores para una cineasta de 35 años con dos filmes que son trabajos efectuados en le marco de su formación en la Academia Húngara de Cine (SZFE). Según el crítico francés Pierre Murat, eminente figura del semanario de referencia Télérama y seleccionador de la Semana de Cannes, Fresh Air que "retraza una historia simple en un medio popular es un filme sobre la reproducción de las clases sociales y beneficia de una destacada interpretación. Bajo aspectos austeros se desvelan fantasía y humor en un clima desesperado donde hay aun esperanza". Recompensada con el premio del mejor largometraje en el último Hungarian Film Week, Ágnes Kocsis que ha co-firmado el guión con Andrea Roberti, cuenta las relaciones difíciles de una madre (Julia Nyako), que se ocupa de la limpieza de baños públicos, y de su hija (Izabella Hegyi), una adolescente que sueña con convertirse en estilista y liberarse de la vergüenza que siente por el oficio de su madre. Incomunicación, pasaje delicado de la infancia a la edad adulta, confrontación entre el sueño y la realidad, ritos cotidianos de las dos mujeres..., la realizadora relata con una gran sensibilidad fragmentos de vida que tocan a problemáticas humanas universales. Y el sutil trabajo de puesta en escena, en particular largos planos fijos que dejan exprimirse a las actrices y un arte de encuadre que revelan una riqueza de detalles insospechados a la primera ojeada, permitiendo clasificar de entrada a Ágnes Kocsis como una cineasta a tener en cuenta. Un talento suplementario para un joven cine húngaro que puede también contar en particular con Krisztina Goda, Benedek Fliegauf, Attila Mispál, Roland Vranik, Aron Gauder y también con Ferenc Török. Un formidable depósito que haría felices a países mas grandes que la sorprendente Hungría.

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