El encanto italiano de Mio fratello è figlio unico
por Fabien Lemercier
Buena recepción hoy en el Festival de Cannes para el único largometraje italiano elegido este año en las distintas selecciones competitivas en el menú de la Croisette: Mio fratello è figlio unico [+lee también:
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ficha de la película], de Daniele Luchetti, presentado en Un Certain Regard. Firmado con el realizador por el dúo Stefano Rulli - Sandro Petraglia, ya autores de Nos meilleures années y de Romanzo criminale [+lee también:
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ficha de la película], el guión de la película se inscribe, sin alcanzar la cumbre, en esta línea de las sagas de la reciente historia italiana proyectadas a través de relatos personales. Difundiendo un encanto innegable enriquecido, en particular, por un ritmo rápido y por la excepcional actuación de la revelación Elio Germano (que eclipsa a su compañero, el ídolo de los adolescentes Riccardo Scamarcio), el largometraje describe la trayectoria de dos jóvenes hermanos, de sus vidas sentimentales y sus compromisos políticos divergentes de 1962 hasta principio de los años 70. Libre adaptación de la novela Il Fasciocomunista de Antonio Pennacchi, Mio fratello è figlio unico eligió sin embargo inyectar humor en el tratamiento de la oposición ideológica corriendo el riesgo de flirtear a veces con la caricatura y deber encontrar en la última parte de la película atajos de guión que se acomodaran a las situación, defectos menores que no impiden al filme desarrollar un fuerte potencial de seducción.
Consagrada a la adolescencia de los dos protagonistas que viven en Latina, al suroeste de Roma, en una familia popular, la muy exitosa primera parte de la película fija el carácter de los personajes. Accio, solitario y llamado "la Polilla", es un idealista y estudia con firmeza, mientras que Manrico, el guapo de izquierda está más interesado por la bagatela. Expulsado del seminario y en crisis perpetua con su familia, el exaltado Accio (Elio Germano) se involucra más tarde con los nostálgicos del fascismo bajo la influencia de su "gurú" (Luca Zingaretti) y participa en varias acciones violentas. Por su parte, Manrico (Riccardo Scamarcio) se transforma en portavoz de los huelguistas en la fábrica, luego desliza hacia la extrema-izquierda y tiene, al mismo tiempo, un hijo (pero sin asumirlo) con la joven Francesca (Diana Fleri), de la cual Accio está también enamorado. Extendiéndose a continuación a Roma, y luego a Turín, la intriga seguirá la evolución del amor fraternal puesto a prueba por las disensiones políticas, una crónica familiar que acompaña a la subida de los extremismos que precederán a los Años de plomo. Estos acontecimientos, entre los cuales formará también parte la muerte, verán a Accio el fascista oscilar hacia las simpatías comunistas, luego hacia la indiferencia política, mientras que Manrico, el orador epicúreo se radicaliza hasta arriesgar su vida.
Producido por la muy dinámica sociedad Cattleya, Mio fratello è figlio unico se benefició del apoyo de Warner Italie y de una coproducción de Francia en un 10 % mediante Babe Films por un presupuesto total de 5,03 millones de euros. Ya estrenado con éxito en las salas italianas, el filme será distribuido en Francia por StudioCanal y vendido internacionalmente por ThinkFilm.
(Traducción del francés)
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