CANNES 2007 Competición / Francia
MK2 da carta blanca al artista Van Sant
por Fabien Lemercier
"Nadie está listo nunca para Paranoid Park [+lee también:
tráiler
ficha de la película]". Tal es la opinión dada al principio de la película por uno de los personajes del nuevo largometraje del mismo nombre del americano Gus Van Sant, presentado esta mañana a la prensa en competición oficial en el Festival de Cannes. Una opinión que no impedirá a Alex, adolescente 16 años, ir a este skatepark de mala fama de Portland y verse precipitado por accidente en el mundo paralelo del crimen. Puesta en escena con un maestría sin igual por un cineasta en la cumbre de su arte, realizando incesantes experimentaciones visuales y sonoras, profundizando, reciclando y renovando las proyecciones anteriores, Paranoid Park se revela una zambullida fascinante e hipnótica que encantó a los admiradores del realizador vencedor de la Palma de Oro en 2003 y que dejó de piedra a los espectadores insensibles a esta invitación "arty" al viaje y que no han percibido (sin embargo respetuosamente) más que una sucesión de bellas imágenes.
Adaptación de una novela de Blake Nelson, Paranoid Park abre las puertas de la informal comunidad de los patinadores, simbolizados por Alex, un tímido alumno de secundaria cuyos padres están en proceso de divorcio. Primo de los adolescentes de Elephant, el joven va a causar por accidente la muerte atroz de un agente de seguridad. Amenaza de la investigación policial y peso de este secreto llevado en solitario, Alex entra en un universo paralelo ("hay otra cosa fuera de la vida normal. Hay distintos niveles"), una vida esquizofrénica lo aísla de su cotidiano (colegio, primer amor y sexualidad....)."En metáfora, la película expresa cómo el deseo ingenuo de descubrir el mundo salvaje de la noche y aprovecharse de la sociedad al margen causa una ruptura total de la conciencia, haciendo entrar en un túnel de culpabilidad cuya única salida es la expresión artística; la comunicación humana de los secretos más graves se revela imposible. Un hilo conductor casi imperceptible sobre el cual Gus Van Sant teje, con la preciada ayuda del famoso director de fotografía Christopher Doyle, una red de una riqueza excepcional.
Autor él mismo del guión y del montaje de la película, el cineasta juega con la mitología del patinete y de sus adeptos insertando secuencias callejeras y pistas de patinaje rodadas en Super 8, rompe la temporalidad con flashbacks entremezclados con el presente, proyecto de múltiples ralentíes y da, sobre todo, a la banda sonora un papel de pleno derecho con un extenso panorama musical (jazz, blues, rap, clásico...) y paisajes sonoros que redefinen la intriga compuestas por Ethan Rose. Todo ello sin olvidar la ciencia del encuadre ya muchas veces demostrada por el realizador, y un intérprete principal, Gabe Nevins, dirigido por Gus Van Sant como un espejo que suena para el cineasta como un adiós a la juventud.
Producida por Marin et Nathanaël Karmitzpara la sociedad francesa MK2, Paranoid Park se benefició de un presupuesto de 3 millones de euros que incluyen 130.000 euros del CNC a título de ayuda a las películas en lengua extranjera. La salida en las salas francesas está prevista en octubre a través de MK2, que dirige también las ventas internacionales y que acaba de anunciar en la Croisette el lanzamiento de la producción de Copie conforme, lo nuevo de Abbas Kiarostami con Juliette Binoche en el reparto.
(Traducción del francés)
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